IBM dice estar logrando más de 1.000 millones de dólares en eficiencias con ayuda de la inteligencia artificial. Patricio Espinosa, gerente de IBM para el norte de Suramérica, explicó en entrevista con Forbes los factores que están siendo motor de crecimiento de la compañía.
Son pocas las compañías que pueden reclamar haber fijado bases para el desarrollo de la inteligencia artificial como lo puede hacer IBM. Desde el siglo pasado, en 1954, la compañía programó uno de los primeros sistemas de traducción automatizada con un método basado en reglas, que luego evolucionó a métodos estadísticos y fueron la base para herramientas como Google Translate. También mostró al mundo, en 1997, una supercomputadora capaz de jugar ajedrez y, más recientemente, en la última década, desplegó Watson, un sistema que permite, con lenguaje natural, automatizar procesos.
Ahora que ha explotado la inteligencia artificial generativa, con compañías como OpenAI, Microsoft, Google y Amazon siendo parte de la carrera, IBM está intentando posicionar en el mercado Watsonx, una plataforma para crear aplicaciones de IA, gestionar datos para la IA y controlar distintos modelos de IA.
“Ahí puedes encontrar los modelos de Granite, que son propios de IBM, pero también trabajar, por ejemplo, con Llama, de Meta”, explica en una entrevista con Forbes Patricio Espinosa, gerente de IBM para el norte de Suramérica. “La plataforma permite ejecutar estos modelos de forma estandarizada, conectar los datos desde diferentes fuentes utilizando un data lake súper potente y tener control sobre aspectos como el origen de la información, el uso de datos sensibles y la trazabilidad de la información con los modelos fundacionales que desees, incluido GPT de OpenAI”.
IBM dice haber logrado eficiencias en costos por US$1.600 millones, de los cuales cerca de la mitad se habrían dado implementando inteligencia artificial, con la meta de alcanzar los US$3.000 millones en eficiencias para 2025.
“Nos vemos como nuestro primer cliente. No tendría sentido que no utilizáramos estas soluciones internamente”, apunta Espinosa. “Estamos muy enfocados en casos de uso que impulsen la eficiencia”.
Flujos que se gestionan en el área de recursos humanos, como procesos relacionados con vacaciones, pagos de nómina, incentivos y gastos de viajes —que son más de 750.000—, han sido automatizados con un asistente virtual que interactúa con lenguaje natural.
“Ya no necesitamos navegar por múltiples sistemas o buscar información en distintos lugares; ahora todo está centralizado y enfocado”, expresa.
Espinosa, un ecuatoriano de 52 años, saltó este año a la posición regional tras cinco años como gerente de IBM para Colombia, Venezuela y el Caribe. Para él, se trata de una aventura en la que las diferencias entre los países son tan marcadas como las oportunidades que ofrecen al trabajar en conjunto.
“Siento emoción e ilusión por el desafío que viene, especialmente por encontrar esos puntos en común entre los países”, expresa Espinosa, quien supervisa Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Bolivia y Centroamérica. “Tenemos matices, pero también muchas cosas en común. La magia está en ver cómo nos podemos apalancar, cómo podemos trabajar en equipo para que juntos seamos más que la suma de las partes”.
Para el tercer trimestre de este año, IBM no cumplió con estimaciones de analistas en sus ingresos, afectados por el segmento de consultoría tras la reducción discrecional de gastos de las empresas y caídas en el negocio de infraestructura. Los ingresos crecieron aproximadamente un 1% hasta los US$14.970 millones, por debajo de las estimaciones de US$15.070 millones, según recopilaciones de LSEG.
No obstante, en lo que va del año, la acción de IBM ha subido 42%, porque los inversionistas están apostando al potencial de la compañía para beneficiarse de la inteligencia artificial por medio de sus servicios de software y consultoría.
El verdadero motor de crecimiento está siendo el software, cuyos ingresos crecieron un 10% en el tercer trimestre frente al mismo período del año anterior.
Espinosa resalta el rol central de Red Hat, que, cinco años después de la adquisición por US$32.000 millones, se ha convertido en un pilar de la estrategia de la compañía.
“Reportamos un crecimiento del 2% en revenue o facturación, pero si analizamos ese 2%, encontramos una historia muy potente: la de software, que creció un 10%. Dentro de software, el mayor crecimiento lo tuvo Red Hat, con un 16%. Se cumplieron 5 años de la compra de Red Hat, la inversión más grande que hemos hecho como compañía”, anota Espinosa. “En este tiempo hemos duplicado el negocio, y particularmente el segmento más estratégico, OpenShift, ha crecido 10 veces desde que lo adquirimos. Es una historia de éxito increíble y sigue creciendo aceleradamente”.
Esta integración entre IBM y Red Hat es un ejemplo de cómo la tecnología de código abierto está siendo fuente de innovación y adaptabilidad.
“Cuando adquirimos Red Hat, decidimos mantenerla como una unidad separada, dado su origen en el open source, donde existe una comunidad global de talento que colabora voluntariamente para generar contenido y soluciones. Red Hat toma esas contribuciones, las adapta para su uso corporativo y luego devuelve los resultados como código abierto. Este ciclo de generación de valor es único”, cuenta Espinosa.
Este modelo permite que IBM incorpore tecnologías de Red Hat, como OpenShift, en sus propias soluciones de software, generando sinergias que benefician directamente a los clientes.
“Prácticamente todas nuestras soluciones de software se apoyan en OpenShift de Red Hat, lo que crea una unión natural. Esta colaboración nos permite sentarnos juntos con los clientes para entender sus necesidades y generar valor”, sostiene.
En cuanto a las tendencias tecnológicas, Espinosa identifica tres grandes focos. El primero es la aceleración de la adopción de la inteligencia artificial (IA), pero con un enfoque pragmático en el retorno de inversión.
“Ya no se trata de una tecnología novedosa, sino de una herramienta que debe generar valor tangible. El enfoque ahora está en el retorno de la inversión, en cómo esta tecnología disruptiva puede generar un impacto positivo en los negocios”, dice.
El segundo es la escasez de talento. De acuerdo con una encuesta de la compañía, el 47% de los CEOs afirma que invertirá en inteligencia artificial generativa, pero un 57% señala que no está encontrando el talento necesario.
“Aunque muchas empresas quieren invertir en IA, un porcentaje significativo no encuentra el talento necesario. Por eso, estamos trabajando en alianzas para educar y formar talento en la región, especialmente en Colombia”, anota.
Menciona también la computación cuántica como un campo emergente que promete transformar sectores como la ciberseguridad y la optimización de procesos. “Estamos viendo una aceleración importante en computación cuántica, que ya está empezando a tener aplicaciones reales”, agrega Espinosa.

Colombia ocupa un lugar especial en la visión de Espinosa, no solo por haber liderado las operaciones del país, sino también por el dinamismo de su ecosistema tecnológico.
“Desde una perspectiva más amplia, veo a Colombia con un liderazgo muy importante en transformación cultural y adaptación tecnológica. Por ejemplo, con nuestra plataforma IBM SkillsBuild, Colombia es el segundo país a nivel mundial con más inscritos. Solo el año pasado ofrecimos más de 150.000 horas de educación en tecnologías como inteligencia artificial”, reitera Espinosa.
Esto también se observa en soluciones implementadas por startups. Espinosa menciona a Brucke, una empresa que utilizó inteligencia artificial para crear experiencias únicas en el Estéreo Picnic, en colaboración con ETB, atendiendo a más de 150.000 participantes.
“Ellos generaron una experiencia completamente diferente justo a través del uso de Watsonx, entendiendo y conectando con los usuarios de una manera distinta. Este tipo de iniciativas demuestran el potencial de Colombia”, afirma Espinosa.
En el sector empresarial, también se están implementando casos de referencia regional en adopción de inteligencia artificial.
“Ejemplos como Protección en Medellín muestran cómo estas organizaciones han recorrido un largo camino en su transformación digital. Pero también las pymes están abrazando estas tecnologías más rápido que en otros países de la región, lo que representa una gran oportunidad”, recalca Espinosa.
En octubre, surgió una conmoción cuando un equipo de investigadores en China vulneró, usando computación cuántica, el cifrado SPN, que son protocolos de encriptación estándar en la industria, generando preocupaciones en múltiples sectores.
“IBM, que tiene un liderazgo técnico en computación cuántica, está trabajando en el desarrollo de nuevos protocolos que ayuden a mitigar estos riesgos”, explica Espinosa.
La compañía prevé un 2025 con mayor adopción de soluciones de IA y un modelo de nube híbrida que se consolida como el estándar de la industria.
“Hubo un momento en el que se pensó que la nube era la solución a todos nuestros problemas, pero con el tiempo, más del 90% de las organizaciones a nivel mundial entendieron que el futuro es un mundo híbrido. ¿Qué significa un mundo híbrido? Que dependerá del tipo de cargas y soluciones que cada empresa necesite manejar. Algunas estarán en la nube A, otras en la nube B, o incluso en entornos on-premise. Este es el presente y seguirá siendo el futuro de las empresas. A medida que las aplicaciones se modernizan, habrá más o menos cargas en la nube de manera natural. Este ambiente híbrido es, para mí, el presente y el futuro de la tecnología”, opina Espinosa.
La primera tendencia que observa Espinosa es la aceleración en la adopción de la inteligencia artificial. Esta evolución continúa, pero con un enfoque particular: el retorno sobre la inversión.
“El hype alrededor de la IA está pasando, ya no es solo una novedad; ahora es algo más cotidiano. Las empresas entienden que esta tecnología es disruptiva y puede generar valor, pero para que sea efectiva, debe demostrar un retorno claro en la inversión. No puede ser simplemente un juguete tecnológico”, enfatiza Espinosa.
Por ejemplo, en cuanto a los modelos fundacionales como Llama o GPT-4, el equilibrio se tratará de elegir el modelo con el tamaño y rendimiento adecuados.
“Puedo tener un modelo enorme, pero si el costo es demasiado alto, no será viable”, concluye Espinosa. “Así que la adopción de la IA continuará, pero será mucho más enfocada y con un fuerte énfasis en el retorno de la inversión”.
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