El 93% de las aseguradoras de América Latina planea aumentar sus inversiones en activos privados durante los próximos dos años. ¿Qué hay detrás de esa decisión?

Un reciente informe de BlackRock revela un consenso entre las aseguradoras a nivel global: el 91% de las empresas del sector planea aumentar sus inversiones en activos privados durante los próximos dos años. Esta tendencia no es casualidad y responde a una necesidad estratégica de diversificación y mayor generación de ingresos en un entorno financiero cada vez más desafiante.

En América Latina, esta dinámica es aún más marcada, con el 93% de las aseguradoras inclinándose hacia los mercados privados. Este interés no solo se limita a ampliar las opciones de inversión, sino que también responde a un apetito significativo por dos clases de activos en particular: el crédito privado y la infraestructura.

Crédito privado se refiere a activos ilíquidos y adecuados para inversionistas con horizontes de inversión de largo plazo, lo que resulta muy atractivo para las compañías de seguros. Por su parte, la infraestructura ha ganado protagonismo como una inversión estratégica para generar ingresos estables y apoyar proyectos de desarrollo a largo plazo. El 45% de las aseguradoras de América Latina planea asignar más capital a este tipo de proyectos, superando el promedio global del 30%.

La transición hacia bajas emisiones de carbono se posiciona como un eje fundamental para las aseguradoras. No solo responde a una necesidad regulatoria o de gestión de riesgos climáticos, sino que también refleja una búsqueda de oportunidades de inversión en este segmento de la economía que requiere enormes inversiones en los próximos años. Según el informe, un notable 60% de las aseguradoras están interesadas en infraestructura de energía limpia, como parques eólicos y solares, y en tecnologías de almacenamiento de energía, mostrando un cambio hacia inversiones que tienen un impacto tangible en la descarbonización.

Sin embargo, el mundo de las inversiones por parte de las aseguradoras no está exento de desafíos. La incertidumbre política, los riesgos macroeconómicos y la evolución regulatoria representan obstáculos significativos. En este contexto, contar con un socio inversor que entienda las complejidades del negocio asegurador y ayude a gestionar estos riesgos se ha convertido en un diferenciador clave para el éxito. 

Un aspecto igualmente relevante es la adopción de tecnologías innovadoras. Más de la mitad de las aseguradoras encuestadas reconocen que modelar activos privados y la integración del capital regulatorio son áreas donde la tecnología puede aportar un valor significativo. Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también permite una toma de decisiones más ágil y fundamentada en datos.

En definitiva, el informe de BlackRock pone de manifiesto cómo las aseguradoras están adaptando sus estrategias de inversión para enfrentar un entorno global en transformación. Su enfoque en activos privados, energía limpia y tecnología no solo refuerza su capacidad para gestionar riesgos, sino que también las posiciona como actores clave en la transición hacia un futuro más sostenible y resiliente.

Por: Diego Mora*
*El autor es country manager para Colombia, Perú y Centroamérica de BlackRock.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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