Con 7 fábricas, Almacafé ya trilla el 25% del grano que se produce en el país, se encarga de la tostión de más de 30 marcas y se ha convertido en un factor clave para el éxito de nuevas marcas como “¡Dios Mío Coffee!”, de la actriz Sofía Vergara.

Detrás del éxito de “¡Dios Mío Coffee!”, el café de la actriz colombiana Sofía Vergara; de todos los productos de Juan Valdez y de 30 marcas más (entre ellas Al sur, de los caficultores huilenses) está una empresa poco conocida por los colombianos, que ha terminado por convertirse en la ‘joya de la corona’ de la Federación Nacional de Cafeteros, FNC. 

Con ingresos de unos $135.000 millones y una utilidad entre $25.000 y $30.000 millones en 2024, Almacafé se ha consolidado como el pilar operativo y logístico de los cafeteros, llevando la industrialización a las regiones y promoviendo la exportación de café tostado de origen. 

“Somos el brazo logístico de la Federación y transformadores del café en Colombia mediante la trilla, tostión y empaque”, explica Iván Galindo, un ingeniero industrial de la Universidad de los Andes que antes de su actual cargo como gerente de la empresa trabajó en Amazon México durante unos 4 años, y más de 10 años en Avianca Cargo.

Con 7 fábricas, Almacafé ya trilla el 25% del café que se produce en el país y se encarga de la tostión de más de 30 marcas (su principal cliente es Juan Valdez) en el Centro Regional de Industrialización del gremio en Neiva, lanzado en julio del año pasado. Allí prestan los servicios de trilla, tostión, perfilación, empaque, comercialización a pequeños y grandes productores, con el propósito de que el valor agregado del negocio se quede en un país que históricamente ha exportado café verde. 

Iván Galindo, gerente de Almacafé.

A los esfuerzos de búsqueda de eficiencias se suma el uso de la línea férrea La Dorada-Santa Marta para la exportación de café Estados Unidos, lo que ha generado ahorros logísticos del 25%.

“Estamos transformando toda la manera de comercialización el café migrando del tradicional saco a big bags. Ya estamos enviando envíos semanales por el tren y lo queremos seguir fortaleciendo. También estamos entrando en el tema de monodosis. 50% del café hoy en el mundo se está consumiendo en monodosis, como las cápsulas de nespresso para Juan Valdez”.

En últimas, explica Galindo, el propósito es romper las barreras geográficas, que productos con inventarios en Colombia pueda llegar a un cliente final en cualquier parte del mundo a través de plataformas como Amazon, Walmart o Shopify, sin necesidad de intermediación, lo que permite crear un modelo de negocio viable para el caficultor, sin importar su tamaño, y abrir y potencializar que cada vez se comercialice más café tostado de origen en el mundo.

De hecho, “¡Dios Mío Coffee!”, de Sofía Vergara, es uno de los primeros casos de éxito de este modelo. Su inventario no se encuentra en Estados Unidos sino en Colombia, lo cual disminuye los riesgos y los costos de la operación para el productor y el comercializador.

“Cada vez que nos llegan a una orden, las preparamos en una bodega situada en Soacha, las enviamos por avión a Miami y las distribuimos a cliente final en Estados Unidos. Queremos que más marcas con el sello de Café de Colombia tengan su inventario en Almacafé y utilicen nuestra plataforma logística”, explica Galindo. 

Sofía Vergara también tiene su propia página web basada en Shopify y conectada a la plataforma de Almacafé, pero la mayoría de los pequeños productores optan por vender a través de la tienda virtual de la Federación, que se encarga de darle visibilidad al producto en sus canales de distribución en Amazon y Walmart. 

“Al final, solo se encargan de dejarnos el producto en una bodega de Almacafé. Yo le hago todo el proceso de trilla, tostión, perfilación, empaque y comercialización en nuestros canales de distribución de estas tiendas virtuales para que sea visible y al productor le llega el ingreso por esa venta”, remata Galindo.