Aunque las relaciones bilaterales serán complejas y tirantes mientras Petro ocupe la presidencia, el sector privado apuesta por el lobby, fortalecer lazos y garantizar un intercambio comercial estable más allá de los gobiernos del momento.

Mientras varios vuelos cargados con toneladas flores colombianas surcaban los cielos con destino a Miami, el pasado domingo 26 de enero, para la celebración del San Valentín este 14 de febrero, en las redes sociales escalaba una guerra verbal entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo, Gustavo Petro, que, aunque logró ser sofocada ese mismo día, tuvo en vilo las relaciones comerciales con el segundo socio comercial del país y la principal fuente de inversión extrajera hacia Colombia.

“Quedamos paralizados por lo sorpresivo y radical del episodio”, explica Augusto Solano, presidente de gremio floricultor -Asocolflores- que destina el 80% de sus exportaciones totales (US$ 2.300 en 2024, es decir, unos US$1.800) a Estados Unidos. 

Un arancel del 25% como el que prometió Trump, con la posibilidad de aumentarlo hasta 50%, habría sido mortal para los floricultores, que generan 140.000 formales, y otros sectores claves de un país que necesita diversificar su canasta exportadora y venderle más al mundo para equilibrar su balanza comercial que, el año pasado hasta noviembre, registró un déficit de US$1.380 millones. 

Y es que, aunque los floricultores exportan a más de 100 países, entre ellos, Japón, Corea y Rusia, penetrar el mercado Chino no ha sido fácil, según Solano.

“No es fácil y si nosotros tenemos 10.000 hectáreas sembradas en flores, China tiene 150.000, aunque afortunadamente no exporta, porque se consume toda la producción y la calidad no es muy buena”. Según Solano, ante la tirantez de las relaciones binacionales, el sector privado debe reafirmar su compromiso con Estados Unidos como su principal socio comercial, ya que representa casi el 30% de las exportaciones totales del país.

“Nosotros para ellos somos casi irrelevantes e insignificantes, menos del 1% de sus importaciones”, agregó el directivo, aunque destacó que Colombia es el cuarto comprador de maíz y la soya para los productores norteamericanos, gracias al TLC bilateral.

El 80% de las exportaciones colombianas de flores van a Estados Unidos, pero en San Valentín la cifra llega el 90%.

“La relación comercial con Estados Unidos es vital para la generación de empleo y quedó afectada”, explica Ricardo Triana, Director del Consejo de Empresas Americanas (CEA), que cuenta con más de 100 empresas afiliadas que operan en el país y generan más de 115.000 empleos directos. 

“La industria local, especialmente en sectores como el agrícola y textil, depende en gran medida del acceso al mercado estadounidense”, complementa Triana cuya principal preocupación es el deterioro en la confianza de los inversionistas norteamericanos en un país que históricamente ha brindado reglas de juego claras y estables a la inversión extrajera.

Según el Ministerio de Comercio Exterior, Industria y Turismo, Estados Unidos es el principal país de origen de inversión extranjera. Hasta el tercer trimestre del 2024, según datos de la balanza de pagos del Banco de la República, el capital extranjero desde ese mercado en Colombia ascendió a US$4.163 millones, cerca del 42 % del total.

También es el principal socio comercial de Colombia. Representa el 29 % de las exportaciones totales del país al mundo y el 31,6 % de las de bienes no minero energéticas, que hasta agosto ascendieron a US$14.254,3 millones. Y participa con cerca del 26 % de las importaciones de bienes totales.

Ricardo Triana, Director del Consejo de Empresas Americanas (CEA).

La inversión total llega a más de 15 sectores del país, entre ellos comercio, telecomunicaciones, petrolero y minero, financiero, industria manufacturera, electricidad, gas y agua, construcción, y agricultura, entre otros, según Analdex.

Los departamentos más exportadores hacia EE. UU. hasta noviembre del año pasado fueron Antioquia (US$2.492 millones, aumento de 2,7%); Bogotá (US$1.664 millones, crecimiento de 22,3%), y Cundinamarca (US$851,2 millones, incremento de 9,2%). A estos se suman Atlántico, Bolívar, Valle del Cauca, Sucre y Huila.

Por su parte, las principales empresas exportadoras a Estados Unidos, en el mismo período, fueron: Ecopetrol, C.I. Trafigura Petroleum Colombia, Refinería de Cartagena, C.I. Energía Solar S.A.S. E.S. Windows, Comercializadora Internacional Sunshine Bouquet Colombia y Frontera Energy Colombia.

Augusto Solano, presidente de Asocolflores.

Relaciones tormentosas 

Pero si algo demuestra el episodio del pasado domingo 26 de enero es que, de ahora en adelante, las relaciones colombo-estadounidenses serán complejas y tirantes, hasta agosto de 2026 cuando concluya el mandato del presidente Gustavo Petro, en medio de la cruzada que libra Trump contra el libre comercio y la inmigración. 

De hecho, tras el conflicto diplomático con Colombia Trump se jactó de que su filosofía de que “la paz se logra con fuerza” funciona.

Colombia nos pidió perdón intensamente solo una hora después de que yo dijera que iban a pagar con aranceles como nadie nos había pagado antes”, relató Trump, visiblemente orgulloso.

En otro momento de la conversación con la prensa, Trump aseguró que, al final, “todo ha salido muy bien con Colombia”. “Agradezco que hayan aceptado hacer lo que queríamos”, afirmó el mandatario mientras regresaba a Washington tras intervenir en una reunión del Partido Republicano en Florida.

Pese a sus palabras, Trump terminó el relato de lo ocurrido diciendo que “aprecia” al pueblo de Colombia y que son “gente maravillosa”, y que valora mucho que el Gobierno de Petro acabara retirando esa “retórica dura”.

Sin embargo, avisó de que su Administración no se detendrá ante la retórica dura de otros países y reiteró su promesa de que deportará a “todos” los migrantes indocumentados que viven en Estados Unidos.

De hecho, el pasado sábado 1 de febrero, anunció un arancel del 25% a sus principales socios comerciales, Canadá, México, aunque después los suspendió por un mes; del 10% a China que sí entraron en vigor, y prometió que adoptaría una medida similar contra la Unión Europea.

A pesar de lo que algunos califican como derrota política del gobierno colombiano, días después durante la posesión de su nueva Canciller, Laura Sarabia, Petro advirtió que el país tendrá dificultades en sus relaciones exteriores por los cambios mundiales que, según dijo, propician el surgimiento de “monstruos”.

Al señalar que el mundo está en una fase de cambios, Petro citó al filósofo y político italiano Antonio Gramsci para decir que mientras no aparece totalmente lo nuevo ni se extingue lo viejo, “aparecen los monstruos”.

“Y monstruos es lo que vamos a tener, ojalá no al interior de la sociedad colombiana pero me temo que también”, manifestó.

Petro aseguró que quienes pelean “por un mundo mejor” deben “ponerse las botas” y formar “un ejército de la vida, una humanidad unida, una Latinoamérica unida, un grupo que sepa defender la democracia y la libertad”.

Más aún, un mes después del rifirrafe diplomático, Petro dijo en un evento que si a Trump se le ocurre acabar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia, “lo aplaude”. Y es que, según Petro, “Colombia pierde con el TLC con EE. UU.” y agregó que si Trump toma esa decisión, en el país habría que fortalecer el agro y la producción nacional. 

Esta afirmación fue rechazada y calificada de imbécil por el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo.

¿Oportunidad para Colombia? 

Para María Claudia Lacouture, ex canciller y presidente de la Cámara Colombo Americana, la crisis bilateral “nos ha traído a la realidad más rápido de lo previsto y nos deja varias lecciones, como que la diplomacia debe prevalecer y que el país no puede improvisar”.

Según Lacouture, la relación entre Colombia y Estados Unidos necesita una hoja de ruta clara y definida, en la que el sector privado participe activamente para implementar acciones conjuntas a distintos niveles dentro de EE.UU.

“No hay espacio para divisiones ni oportunismos políticos. No pueden prevalecer aquellos que buscan que EE.UU. sancione a Colombia con el fin de afectar al gobierno, ni las voces que proclaman que nuestro país debe rebelarse ante una supuesta subordinación. Al final, los afectados somos todos: las empresas, la inversión, el comercio, los ciudadanos”.

Ante un panorama incierto por lo que pueda ocurrir en los próximos meses, un documento AmCham Colombia, que ha venido promoviendo el ‘frienshoring’ para atraer a inversionistas mexicanos que utilizarían al país como plataforma exportadora, aprovechando el TLC con Estados Unidos, identificó los sectores y partidas estratégicas en los que el país debe enfocar su estrategia para aprovechar las oportunidades que surgen en un contexto proteccionista. 

El análisis sobre el impacto del segundo mandato de Trump identificó 144 partidas con Ventaja Comparativa Revelada (VCR) frente a China, 43 frente a Canadá y 37 frente a México. Estos productos, pertenecientes a sectores como agroindustria, textiles, manufacturas, productos químicos, plásticos y bienes de valor agregado, destacan a Colombia como un proveedor competitivo para el mercado estadounidense.

Bernie Moreno, congresista norteamericano de origen colombiano, y María Claudia Lacouture

El documento subraya que estas oportunidades no se limitan a unos pocos estados en Estados Unidos. En total, 23 estados, incluidos mercados clave como Florida, Texas, California y Nueva York, muestran interés en adquirir productos colombianos. 

“Estos estados, por su tamaño económico, cercanía geográfica y altos índices de consumo de bienes importados, ofrecen un amplio panorama para que las empresas colombianas amplíen su alcance y encuentren nichos de mercado en diversas regiones de Estados Unidos”, señala. 

Además, las oportunidades no se concentran exclusivamente en las regiones más industrializadas de Colombia. Aunque Antioquia, Bogotá, Valle del Cauca y Atlántico lideran en número de productos con VCR, cada departamento tiene potencial de exportación. Incluso regiones como Arauca, Caquetá, Casanare y Putumayo pueden diversificar su producción y competir en mercados internacionales con productos como cacao, frutas tropicales, aceites esenciales o derivados del petróleo.

Aunque frecuentemente se destaca la vecindad de México con Estados Unidos y las ventajas que esto ofrece, Colombia no queda rezagada. Con apenas dos horas y 25 minutos de vuelo hacia Estados Unidos, una mano de obra competitiva y una red de empresarios decididos a crecer, el país cuenta con factores clave para sobresalir en la región.

Y aunque las políticas de “América Primero” priorizan la protección de industrias estadounidenses críticas, Colombia enfrenta una vulnerabilidad limitada, ya que no exporta significativamente bienes sensibles, explicó Lacouture.

“El Tratado de Libre Comercio entre ambos países ofrece un marco jurídico que protege de barreras unilaterales, garantizando estabilidad en el comercio y la inversión incluso ante tensiones políticas entre los presidentes Trump y Petro”, remató.

#NuestraRevista Este es un recuento de los artículos de nuestra edición de la revista Forbes Colombia de febrero.  Si desea recibir esta información de primera mano en nuestra revista física, ingrese a https://forbesdigital.publica.la/library para suscribirse.