En Colombia, 2.686 mil jóvenes entre 15 y 28 años no estudian ni trabajan, representando el 24,2% de esta población, las mujeres son las más afectadas.
Los jóvenes que ni estudian ni trabajan, conocidos como “Ni-Ni”, representan un desafío social y económico en Colombia. Según los últimos datos del DANE, correspondientes al trimestre de noviembre 2024 a enero 2025, 2.686 mil jóvenes entre 15 y 28 años se encuentran en esta situación, lo que equivale al 24,2% de la población en edad de trabajar para este rango de edad. Este fenómeno afecta más a las mujeres, lo que refleja las persistentes barreras en educación y empleo, así como las desigualdades de género en el país.
El mercado laboral juvenil
El informe revela que la tasa de desocupación de los jóvenes disminuyó en 1,7 puntos porcentuales frente al mismo periodo del año anterior, ubicándose en 16,4%, la tasa global de participación también cayó 0,5 situándose en 54,5%. Esto indica que menos jóvenes están buscando activamente empleo, lo que podría estar relacionado con el desinterés ante la falta de oportunidades laborales.
La tasa de ocupación aumentó ligeramente 45,6%, lo que sugiere mejora en la inserción laboral. Sin embargo, los sectores que concentran la mayor parte de los empleos juveniles son el comercio y reparación de vehículos (19,0%) y la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (14,9%), actividades que suelen caracterizarse por la informalidad y bajos salarios.
Uno de los puntos más preocupantes es la brecha de género en este fenómeno, mientras que el 8,0% de los hombres jóvenes no estudian ni trabajan, la cifra se duplica en el caso de las mujeres, alcanzando el 16,2%. Esta disparidad está relacionada con factores socioculturales, entre esos la maternidad temprana, el cuidado familiar y el trabajo domestico que limitan las oportunidades para seguir estudiando o trabajando.
Es importante mencionar que el fenómeno no es homogéneo en todo el país. En las 13 ciudades y áreas metropolitanas principales, que incluyen Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Manizales, Pereira, Cúcuta, Pasto, Ibagué, Montería, Cartagena y Villavicencio, la tasa global de participación de los jóvenes se ubicó en 57,3%, una disminución de 1,7 frente al mismo periodo del año anterior.
La tasa de ocupación en estas ciudades fue de 48,0%, mientras que la tasa de desocupación se situó en 16,3%, mostrando una ligera mejora frente al trimestre anterior.
En ciudades como Bogotá y Medellín, que concentran una gran parte de la población joven, la situación es crítica. Si bien estas ciudades ofrecen más oportunidades educativas y laborales, también enfrentan mayores niveles de competencia además de costos de vida más altos, lo que dificulta la inserción laboral.
La posición ocupacional más común entre los jóvenes es la de trabajador por cuenta propia (33,7%), lo que refleja la falta de empleos formales y estables. Aunque la tasa de desocupación juvenil ha disminuido, muchos jóvenes enfrentan empleos precarios, informales y mal remunerados.
David Cubides, director de Investigaciones en Alianza Valores, explica que, al no aprovechar el potencial de la fuerza laboral joven, el país pierde uno de los pilares fundamentales para su desarrollo: el trabajo. Esto, sumado a la falta de inversión en capital humano, limita la capacidad de Colombia para crecer de manera sostenible en el mediano y largo plazo.
Entre los factores que contribuyen a este fenómeno, Cubides señala la rigidez del mercado laboral colombiano. Explica que, aunque hay una demanda de empleo, las regulaciones, impuestos y falta de flexibilidad dificultan la contratación. “No todas las personas que quieren entrar al mercado laboral pueden hacerlo, y muchas veces quienes logran ingresar no tienen las habilidades que el mercado requiere”, esta desconexión entre la oferta y la demanda laboral agrava el problema.
Resalta la importancia de la formación del capital humano. “No es solo un problema que no estén trabajando, sino de que tampoco están invirtiendo en su formación” Esta falta de preparación limita sus oportunidades futuras y alimenta el ciclo de desempleo y subempleo que afecta no solo a los jóvenes sino a la economía en su conjunto.
Siga a Forbes Colombia desde Google News
Lea también: Desempleo cayó a 11,6% en enero, pero hay más 3 millones de colombianos sin trabajo, según el Dane