La inteligencia artificial llegó para cambiarlo todo y la industria audiovisual tendrá que aprender a convivir con ella. Sin embargo, la regulación sigue siendo un factor clave.
A punto de culminar el primer trimestre de 2025, es buen momento para hacer un primer balance y pensar en algunos fenómenos que se vislumbran para los próximos meses y que pueden constituir oportunidades o retos importantes para el futuro del campo audiovisual colombiano.
Para iniciar es importante mencionar que la industria audiovisual colombiana viene creciendo a un buen ritmo que le ha llevado, por ejemplo, de un valor agregado de 29,2 billones de pesos en 2021 a 40,2 en 2023, representando 2,87% del valor total de la economía nacional (cifras del Dane).
Inteligencia artificial
En 2025 seguiremos, entre fascinados y preocupados, el avance de la inteligencia artificial generativa, que ahora será el nuevo escenario de la guerra comercial entre Estados Unidos y China (con la irrupción de Deep seek) y que seguirá impactando de manera determinante los procesos de producción audiovisual. Al uso ya frecuente de la IA en procesos de posproducción para la construcción de escenarios virtuales y para agilizar procedimientos mecánicos en la animación y la construcción de personajes digitales (CGI) se suman las “ayudas” para el talento artístico (músicos y actores) que ponen en discusión asuntos como la calidad y el reconocimiento de los artistas.
La inteligencia artificial que permite a un actor mejorar la calidad de su interpretación podría equipararse a la ayuda que hace años se da a los cantantes por medio de softwares como el auto tune, que revolucionaron esta industria y pusieron en tela de juicio el talento de algunos de los más exitosos. En otro lado del espectro, los deportistas han estado en la picota pública muchas veces por el uso de toda clase de ayudas: desde las tecnologías emergentes en trajes y accesorios, hasta la utilización de drogas (algunas de ellas permitidas) para mejorar su desempeño. ¿Es válido o lícito que la interpretación de un actor pueda mejorarse por medio de la inteligencia artificial? ¿genera esto una desigualdad entre éste y quienes no tengan acceso a esa tecnología? Estas son algunas de las discusiones que seguirán estando en la esfera pública mientras gobiernos y gremios discuten, regulan y encuentran consensos frente a las posibilidades y límites de la inteligencia artificial.
El uso de la inteligencia artificial puede facilitar muchos procesos, y esto seguirán ocurriendo en los próximos años. Mayor cantidad de proyectos podrán acceder a sus beneficios y muchos de los procedimientos actuales, tediosos y complejos, serán agilizados sin la inversión de mucho tiempo humano para optimizar tiempo y dinero en el trabajo creativo. Es claro que aún no hay acuerdos sobre el uso de la IA de cara a los derechos de autor, pero también que su uso es ya generalizado y aceptado y que no necesariamente irá en detrimento de la labor creativa. En algunos casos puede ser también muy beneficioso, sobre todo en pro de la sostenibilidad y seguridad en los rodajes, al prevenir incendios, accidentes con armas de fuego o en escenas de riesgo, que ahora podrán ser generadas digitalmente con mayor frecuencia y facilidad. Hay gran inquietud en la industria audiovisual colombiana y se han emprendido importantes iniciativas académicas para entender y aprovechar el fenómeno, pero hace falta tomar decisiones claras para regular y sacar ventaja del uso de estas tecnologías.
Salas de cine vs. plataformas
Es un hecho que la asistencia a las salas ha descendido de forma dramática en los últimos años en todo el mundo. Estas cifras, que ya venían cayendo en la segunda década del siglo y presentaban su punto más bajo en 2019, empeoraron por la pandemia (que obligó a cerrar las salas en todo el mundo por períodos hasta de año y medio) y la irrupción y fortalecimiento de las plataformas. Reconocidos directores como Quentin Tarantino, Francis Ford Coppola y Steven Spielberg se han quejado públicamente del rumbo que ha tomado el campo audiovisual cuando se ha opacado el estreno en salas por la velocidad de la llegada de los títulos a las plataformas.
A esto se suman los efectos de la huelga de guionistas y directores de 2023 y que el ritual de ir a cine ha perdido interés en el público, especialmente en las nuevas generaciones. Aunque el año pasado se dio un pequeño repunte en las cifras, aún no se llega a los números de 2019 y algunas de las películas más esperadas del año fueron grandes fracasos de taquilla, lo que ha generado inquietud en los grandes estudios de Hollywood, que intentan cada vez fórmulas más seguras en sus proyectos. En países como España, las cifras de 2024 estuvieron por debajo del 5% y en otros como Colombia y Argentina disminuyeron entre el 15 y el 30% con respecto a 2023.
Las plataformas, por su parte, han encontrado un amplio público en rápido crecimiento, pero corren el riesgo de estancarse ante el aumento de la competencia. En menos de diez años, la mayoría de los países occidentales pasaron de tener una plataforma a mucho más de diez, compitiendo con gran cantidad de contenidos internacionales y precios aún muy altos para la mayoría de los usuarios. Para la sostenibilidad de este sistema será necesaria una depuración de las plataformas o una disminución considerable de sus costos para el usuario final.
A los efectos de la huelga de guionistas, al descenso de sus cifras locales de taquilla y el fracaso de proyectos cinematográficos como “Furiosa”, “The fall guy”, “Ghostbusters frozen empire” y “Horizon. An american saga”, Hollywood suma el descenso de las cifras internacionales y el declive del fenómeno de los superhéroes, que le permitió grandes ganancias en el pasado reciente. 2025 será un año interesante para encontrar nuevas tendencias y narrativas que le permitan recuperar las cifras de antaño y para fortalecer el modelo de plataformas alternativas y especializadas para cinematografías emergentes como la colombiana.
Panorama internacional
A la muy preocupante situación generada por guerras como las de Rusia y Ucrania e Israel- Palestina se suman las tensiones políticas generadas en la industria del cine por el regreso a la presidencia de Donald Trump. Se prevé que en los próximos años veremos un aumento en los proyectos cinematográficos, movimientos sociales y manifestaciones públicas de personalidades de la industria del entretenimiento a favor o en contra de las distintas posiciones en temas como la migración y el respeto por las minorías y la diversidad. Temas como la migración, la xenofobia y la guerra comercial entre China y Estados Unidos no dejarán indiferentes a una industria tan potente como la del audiovisual, aunque las tensiones políticas podrían llevar también a una autocensura, por miedo a las represalias desde el poder ejecutivo.
Las coproducciones internacionales siguen fortaleciendo y Colombia ha venido consolidando un modelo de mercados potenciado por festivales de cine y espacios como el Bogotá Audiovisual Market, que le han permitido crecer en cantidad y calidad de proyectos y tener una mayor presencia en plataformas como Amazon Prime, Netflix y Max.
2025 será, sin duda, un año conflictivo y complejo que traerá retos importantes en distintos frentes y algunas oportunidades interesantes para países emergentes como Colombia, que ha fortalecido su campo audiovisual como una de las industrias más importantes de la economía y que necesita explorar alternativas que le permitan posicionarse en el ámbito regional y competir en su propio nicho en un mercado cada vez más diversificado y desigual.
Por: Jerónimo Rivera-Betancur*
*El autor es director del programa de Comunicación Audiovisual, Universidad de La Sabana.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.
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