Jorge Mario Velásquez dijo que la movida abre una nueva etapa para el conglomerado antioqueño, que le permitirá seguir creciendo enfocado en negocios de infraestructura y materiales de construcción.
La Asamblea Extraordinaria del Grupo Argos aprobó este jueves poner fin a las participaciones cruzadas del conglomerado antioqueño y su filial Cementos Argos en el Grupo Sura, que mañana realizará un evento similar con el mismo fin.
“Esta Asamblea marca la culminación de un año trascendental para el Grupo, que tiene un futuro extraordinario”, dijo su presidente, Jorge Mario Velásquez, al destacar la decisión.
“Una vez surtidas las aprobaciones correspondientes por la Superfinanciera, nos habilitará para seguir creciendo y generando valor con una estructura societaria más simple y especializada”, dijo el líder del conglomerado que, el año pasado, quintuplicó su utilidad neta.
Desde el punto de vista práctico, cada accionista de Grupo Argos mantendrá sus acciones actuales en adición recibirá 0,23 acciones del Grupo Sura. Por su parte, cada accionista de Sura mantendrá sus acciones y recibirá 0,72 acciones del Grupo Argos por cada acción que tenía inicialmente.
“Lo que estamos haciendo es la entrega de una parte muy importante del patrimonio a los accionistas, que en valores contables equivale a unos $10,8 billones”, explicó. A la fecha, el Grupo Argos tiene 197 millones de acciones en el Grupo Sura, y éste 286 millones en el primero. Es lo que ha sido llamado el enroque o participaciones cruzadas entre compañías.
Y aunque Velásquez dijo que no puede anticipar la reacción del mercado, Cementos Argos, al tener una mayor visibilidad, podría aumentar la distribución de dividendos, lo cual, sumado a los programas de readquisición de acciones, permitirá una mejor formación en su precio.
“El hecho subyacente de que estas compañías queden totalmente democratizadas en su base accionaria, focalizadas en negocios de infraestructura Grupo Argos, y en servicios financieros el Grupo Sura, va a ser, en mi opinión, un catalizador de valor muy importante”, agregó.
Velásquez explicó que cada vez que hablan con inversionistas internacionales, lo primero que les dicen es que prefieren tener compañías claramente enfocadas en sus negocios, y no una mezcla de materiales de construcción y servicios financieros.
Visiblemente emocionado, recordó que cuando las empresas del Sindicato Antioqueño (hoy llamado Grupo Empresarial Antioqueño, GEA) decidieron establecer participaciones cruzadas y no controlantes en los años 70 lo hicieron con el propósito de impulsar su crecimiento, el de la región y el del país.
“Para esa época, en Antioquia ya había un arraigado espíritu emprendedor y un tejido empresarial forjado en la convicción de que no hay contradicción entre el progreso social y el éxito económico sino que por el contrario, están ligados y se potencian mutuamente”.
En un departamento que es considerado la cuna de las sociedades anónimas en el país, que en ese momento fueron objeto de tomas hostiles, Velásquez recordó que la historia del Grupo ha sido de progreso, y está representada en compañías que, desde su creación, han pertenecido a una base democratizada de accionistas.
“Ellos entendieron que la asociación de pequeños capitales financieros podía configurar un capital social mucho mayor que la suma inicial de sus partes”, agregó.
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