Para las empresas, en el camino de la sostenibilidad, no basta con implementar medidas sostenibles en sus operaciones directas; es fundamental que integren a sus proveedores, distribuidores y aliados estratégicos en una visión compartida de sostenibilidad.
La sostenibilidad empresarial ha abonado el terreno durante varios años para convertirse hoy en uno de los temas prioritarios para el sector privado. En un contexto donde la emergencia climática, la pérdida de biodiversidad y la creciente desigualdad nos enfrentan a riesgos y desafíos, las grandes empresas tienen la oportunidad de liderar un cambio sistémico en sus cadenas de valor. No basta con implementar medidas sostenibles en sus operaciones directas; es fundamental que integren a sus proveedores, distribuidores y aliados estratégicos en una visión compartida de sostenibilidad.
Quiero invitarlos a materializar este compromiso a través de la comprensión de estándares de sostenibilidad, estrategias de acción climática y acción por la naturaleza, y enfoques para abordar la desigualdad, transmitiendo este conocimiento para construir cadenas de valor más resilientes y responsables. Pero, ¿por qué las grandes empresas deben asumir este reto con urgencia?
Según el World Resources Institute, entre el 70 % y el 90 % de las emisiones de carbono de una empresa provienen de su cadena de valor. McKinsey & Company estima que entre el 60 % y el 80 % del impacto ambiental de una compañía está directamente relacionado con sus decisiones de compra y gestión de proveedores. Y en términos económicos, el gasto en la cadena de suministro puede representar hasta el 80 % del total de una empresa. Estos datos evidencian que no hay sostenibilidad real sin una gestión responsable de la cadena de valor.
Las recientes crisis globales también han dejado claro que una cadena de suministro frágil pone en riesgo la estabilidad empresarial. La crisis de los contenedores post-COVID-19 y la guerra en Ucrania, que ya cumple 3 años, han demostrado que la dependencia de proveedores sin estrategias de sostenibilidad pueden desestabilizar los mercados. Ante esto, las grandes empresas deben actuar con visión estratégica, anticipando riesgos y fortaleciendo relaciones comerciales basadas en prácticas responsables.
La regulación también está acelerando este cambio. Normativas como la Ley de Debida diligencia en la Cadena de Suministro de Alemania o la Directiva sobre Debida diligencia de las Empresas en Materia de Sostenibilidad de la Unión Europea están marcando un precedente global. La sostenibilidad en la cadena de valor es ahora un requisito legal que puede definir, desde el ingreso a los mercados internacionales hasta la competitividad de una empresa.
Pero más allá de la regulación y los riesgos, la sostenibilidad en la cadena de valor es una oportunidad. Empresas que han apostado por este enfoque reportan un aumento del 15 % en su eficiencia operativa, según Harvard Business Review. Además, el 84 % de los líderes empresariales encuestados por PwC afirman que fortalecer la sostenibilidad de sus cadenas de suministro mejora la resiliencia y reduce riesgos.
En América Latina, el reto es aún mayor. Con un ecosistema empresarial dominado por pequeñas y medianas empresas, la brecha tecnológica y la falta de infraestructura dificultan la transición hacia cadenas de valor sostenibles. El futuro de las grandes empresas estará marcado por su capacidad de liderar la transformación de sus cadenas de valor. La sostenibilidad no puede ser un concepto aislado en un área específica de la organización; debe permear toda la estructura de la empresa y extenderse a sus aliados estratégicos.
Al entender este contexto como una oportunidad única para transformar la manera en que hacemos los negocios, las empresas garantizarán su sostenibilidad en un entorno cada vez más regulado y exigente y podrán inspirar y liderar una nueva manera de hacer negocios, desde su visión corporativa e incluyendo a sus cadenas de valor, donde la sostenibilidad será la clave del éxito empresarial.
Por: Sergio Rengifo Caicedo*
*El autor es director ejecutivo de CECODES.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.
Lea también: La ambición empresarial con hechos más allá de la retórica