En medio de la agitación del mercado energético mundial, el 11 de abril durante el Congreso de Naturgas, el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, dejó en evidencia la debilidad estructural de la empresa para cubrir su exposición a la volatilidad del precio del crudo. ¿Qué viene?
Entre el 2 y el 11 de abril de 2025, los precios del petróleo experimentaron una caída abrupta e inusual. El Brent descendió de 77,27 a 63,78 dólares por barril, mientras que el WTI bajó de 72,12 a 60,55 dólares por barril, marcando ambos sus niveles más bajos desde marzo de 2021.
El desplome fue provocado por el anuncio de nuevos aranceles de Donald Trump el 2 de abril, lo cual aumentó la tensión comercial y la incertidumbre en los mercados, debilitando la demanda de petróleo. A esto se sumó la decisión inesperada de la OPEP+ de aumentar su producción en 411.000 barriles diarios desde mayo de 2025, lo que acentuó aún más la caída de los precios.
Este escenario ha puesto a prueba la solidez de las políticas de cobertura de las petroleras, pues, aunque existen instrumentos financieros avanzados para mitigar riesgos como la volatilidad en los precios del crudo, las tasas de cambio y los intereses, no todas las empresas los utilizan de manera efectiva. Lo determinante es cómo cada empresa implementa estos instrumentos para proteger su flujo de caja frente a las fluctuaciones del mercado.
El reto para las petroleras no es solo de corto plazo, ya que, según estimaciones de Goldman Sachs del 7 de abril, la caída en los precios del crudo podría prolongarse por más de un año. En un escenario moderado el Brent bajaría a 62 dólares en 2025 y a 55 en 2026. En el peor escenario, podría caer por debajo de 40
En medio de la agitación del mercado energético mundial, el 11 de abril durante el Congreso de Naturgas, el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, dejó en evidencia la debilidad estructural de la empresa para cubrir su exposición a la volatilidad del precio del crudo.
Afirmó que por cada dólar que cae el precio del barril, la compañía pierde 900.000 millones de pesos en EBITDA y 700.000 millones en utilidad neta. Reveló además que el presupuesto para 2025 fue elaborado con un supuesto de 73 dólares por barril.
En consecuencia, si se mantiene hasta fin de año la brecha actual de casi 10 dólares entre el precio real y el presupuestado, la utilidad neta de Ecopetrol se reduciría en 6,45 billones de pesos, cifra equivalente al 43 por ciento de la utilidad obtenida en 2024.Esto considerando el escenario moderado de Goldman Sachs en el que ni el mundo ni Estados Unidos entran en recesión y la OPEP+ no aumenta fuertemente la oferta.
Esta vulnerabilidad frente a los factores de mercado ya se había hecho visible en la presentación de los resultados de 2024, donde Ecopetrol atribuyó la caída del 21,7 por ciento en sus utilidades a la baja en los precios del petróleo, el efecto de la tasa de cambio y la inflación.
Cabe preguntarse: si Ecopetrol tiene una política de coberturas, ¿por qué deja a la empresa tan expuesta a los factores de mercado? Las pérdidas anunciadas son la manifestación de una estrategia de mitigación de riesgos que ha sido claramente insuficiente, mal calibrada y débilmente ejecutada.
Ecopetrol manifiesta en sus informes anuales que cuenta con programas de “coberturas estratégicas y tácticas”, para mitigar los riesgos asociados a la volatilidad de precios y tasas de cambio, para periodos específicos.
Pero los resultados muestran que las coberturas implementadas por Ecopetrol no han sido suficientemente profundas, amplias ni oportunas. Los hechos y las cifras demuestran que esta política se ha aplicado de manera ocasional y reactiva, sin una enfoque estructurado y constante.
Las coberturas se aplican en momentos específicos, como en 2022, cuando se ejecutó un plan para proteger la caja ante escenarios de bajos precios mediante la compra de opciones de venta put.
Estas opciones permiten a Ecopetrol vender petróleo a un precio predeterminado, asegurando así los ingresos presupuestados, incluso cuando los precios de mercado caen por debajo de ese nivel.
No obstante, al 31 de marzo de 2024, no se registran saldos de estos instrumentos financieros en el balance, lo que indica la ausencia de coberturas activas en ese momento. Esta falta de continuidad y sistematicidad deja a la empresa expuesta a las fluctuaciones del mercado, mostrando una debilidad estructural en su gestión de riesgos financieros.
La efectividad de una política de cobertura sistemática y no intermitente se ejemplifica con el caso de México. Según el informe del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) titulado “El papel de las coberturas petroleras en las finanzas públicas ante la caída de los precios del petróleo”, desde 2001, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ejecuta anualmente un programa que consiste en la compra de opciones put.
Este documento detalla que las coberturas contratadas por el gobierno federal compensaron en 2020 (crisis del COVID-19) el 36% de la caída total de los ingresos petroleros estimada por la SHCP. Además, estas cubrieron el 77% de los ingresos petroleros del gobierno federal, dando cuenta de una estrategia sólida y sistemática de coberturas petroleras para proteger sus finanzas públicas de la volatilidad en los precios del crudo.
Ecopetrol necesita una política robusta y permanente que blinde sus ingresos frente a la volatilidad de los precios del petróleo y las tasas de cambio. No puede seguir operando con un plan de mitigación parcial, limitado, discontinuo y reactivo, que ha dejado a la empresa vulnerable a las fluctuaciones del mercado, comprometiendo su estabilidad financiera y, por ende, la del país.
Es imperativo que Ecopetrol adopte una política de coberturas multianual, escalonada y alineada con el Ministerio de Hacienda, con metas explícitas de cobertura porcentual y un enfoque anticíclico que proteja el flujo de caja y el dividendo fiscal.
Ello evitaría decisiones desesperadas como detener actividades críticas de producción, incluyendo el cierre de entre 30 y 40 pozos petroleros, como lo advirtió el mismo presidente Roa. Esta obligación no es solo con las finanzas públicas del país, dado que el Estado posee el 88,5 por ciento de las acciones, sino también con los casi 255.000 accionistas minoritarios, titulares del 11,5 por ciento restante.
No tiene presentación que Ecopetrol quede tan mal parada ante una caída pronunciada en los precios del petróleo. Su responsabilidad es cubrirse de manera profesional, con una planeación rigurosa que agote oportunamente todas las alternativas que ofrece el mercado para resguardar sus ingresos.
Por: Iván Darío Arroyave*
*El autor es consultor empresarial. Se ha desempeñado como presidente de la Bolsa Mercantil de Colombia, decano de postgrados de la Universidad EIA, director de posgrados en finanzas de la Universidad de la Sabana y consultor del Banco mundial.
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