La Ley de Ciudades Verdes establece un marco para transformar las áreas urbanas en espacios que integren la biodiversidad y promuevan el bienestar de todos los seres vivos.

​La reciente aprobación de la Ley de Ciudades Verdes en el Congreso de la República marca un hito en la evolución de nuestras urbes hacia espacios más sostenibles y armoniosos con la naturaleza. Esta iniciativa, liderada por el representante Daniel Carvalho y el senador Marcos Daniel Pineda, responde a la imperiosa necesidad de integrar el mundo natural en el entorno urbano, promoviendo una visión ecocéntrica donde los seres humanos coexisten y se adaptan a los ciclos naturales. ​

Durante décadas, el crecimiento urbano acelerado ha distanciado a las comunidades de su entorno natural. En 1951, el 39% de la población colombiana residía en ciudades; para 2010, esta cifra ascendió al 76%, y se proyecta que para 2050 superará el 86%. Este fenómeno ha llevado a la fragmentación de ecosistemas, pérdida de biodiversidad y disminución de espacios verdes, afectando la calidad de vida y la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático. ​

La Ley de Ciudades Verdes establece un marco para transformar las áreas urbanas en espacios que integren la biodiversidad y promuevan el bienestar de todos los seres vivos. Sus principales acciones incluyen:​

  • Ampliación de espacios verdes y azules: Fomento de la creación y conservación de parques, humedales y corredores ecológicos que mejoren la calidad del aire, regulen el clima y proporcionen hábitats para la fauna silvestre. ​
  • Protección de la biodiversidad urbana: Prioridad en la siembra y conservación de especies arbóreas nativas, fortaleciendo los ecosistemas locales y promoviendo la conectividad entre áreas verdes. ​
  • Resiliencia al cambio climático: Implementación de soluciones basadas en la naturaleza para aumentar la capacidad de las ciudades de enfrentar eventos climáticos extremos, como inundaciones y olas de calor. ​
  • Ordenamiento territorial sostenible: Incorporación de la biodiversidad como eje central en los planes de desarrollo urbano, equilibrando la infraestructura con la naturaleza. ​
  • Reducción de la contaminación: Estrategias para disminuir la contaminación del aire, el ruido y mejorar la gestión de residuos y del agua, contribuyendo a entornos urbanos más saludables. ​
  • Participación ciudadana y educación ambiental: Fomento de la educación ambiental y la involucración de la comunidad en el cuidado y protección de los espacios verdes, fortaleciendo el vínculo entre la sociedad y la naturaleza. ​
  • Unificación de normativas: Armonización de las leyes existentes para fortalecer la protección de la biodiversidad en las ciudades, facilitando una gestión más eficiente y coherente. ​

La implementación de esta ley nos invita a replantear nuestra relación con el entorno urbano, adoptando una perspectiva ecocéntrica donde la naturaleza no es un mero telón de fondo, sino un componente esencial de la vida cotidiana. Al integrar corredores ecológicos, priorizar especies nativas y fomentar prácticas como las huertas urbanas, se promueve una convivencia armónica con otras formas de vida, reconociendo nuestra interdependencia con el mundo natural. ​

La transformación de las ciudades en espacios más verdes y biodiversos conlleva múltiples beneficios​ como salud pública: La presencia de áreas verdes contribuye al bienestar físico y mental de los ciudadanos, ofreciendo espacios para la recreación y reduciendo el estrés.​ También puede ser importantísima en términos de cultura y educación, fortaleciendo la identidad cultural y el sentido de pertenencia.

La aprobación de la Ley de Ciudades Verdes representa un avance significativo hacia la construcción de entornos urbanos que reflejen una relación equilibrada y respetuosa con la naturaleza. Este enfoque ecocéntrico no solo mejora la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también fortalece la resiliencia de las ciudades ante los desafíos ambientales del siglo XXI. Es recomendable que, como sociedad, abracemos esta visión y trabajemos colectivamente para hacer de nuestras ciudades espacios donde la vida, en todas sus formas, prospere en armonía.

Por: Daniel Gutiérrez Patino*
*El autor es fundador de Saving The Amazon.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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