¿La inteligencia artificial reemplazará a los docentes o los ayudará a ser más efectivos, más humanos, más cercanos?

¿Cómo preparamos a los estudiantes para un futuro que se actualiza en tiempo real? ¿Nuestras escuelas, nuestras instituciones, nuestras empresas, nuestra forma de pensar… están siguiendo el ritmo de este cambio? ¿La inteligencia artificial reemplazará a los docentes o los ayudará a ser más efectivos, más humanos, más cercanos? ¿Y qué papel deben jugar los gobiernos y las políticas públicas en un mundo donde la tecnología avanza más rápido que la regulación? ¿Cómo tomamos decisiones hoy que sigan teniendo sentido en cinco años… o incluso en cinco semanas?

La inteligencia artificial está evolucionando a un ritmo extraordinario. Para noviembre de 2022, la adopción de IA generativa alcanzó cerca del 40% en apenas dos años—superando incluso a la adopción de internet (20%) y la de los computadores personales, que tardaron tres años en llegar a ese mismo nivel (Bick, Blandin y Deming, 2024).

Este crecimiento acelerado plantea una pregunta urgente: ¿Será la IA una herramienta que potencie la educación o terminará ampliando las brechas existentes?

Con esas preguntas en mente, desde Biz Nation y en alianza con el Banco Interamericano de Desarrollo, visitamos dos instituciones educativas: una en el campo, el Colegio Jaime Garzón en Sumapaz, y otra en la ciudad, Paraíso Mirador en Ciudad Bolívar. Queríamos escuchar de primera mano cómo estudiantes, docentes y padres perciben la llegada de la inteligencia artificial a la educación, y cómo están enfrentando esta transformación en tiempo real.

¿Los estudiantes y docentes se sienten amenazados por la IA, o la ven como una oportunidad?¿Qué piensan los padres frente a una herramienta que ellos nunca usaron en su etapa escolar?¿Cómo se ve la educación de aquí a 30 años?

El video que grabamos durante esta visita no entrega respuestas definitivas, pero sí abre una conversación necesaria. Una conversación que pone sobre la mesa lo que se está sintiendo y viviendo en tiempo real dentro de las aulas.

Lo que se vive en las aulas

Las respuestas fueron tan variadas como valiosas. Algunos estudiantes no sabían exactamente qué era la inteligencia artificial. Otros ya la habían utilizado para hacer tareas, responder preguntas complejas o resumir información. Algunos docentes la veían como una herramienta de apoyo, mientras que otros mostraban preocupación por su impacto en el proceso de aprendizaje.

Más que un diagnóstico, lo que encontramos fue un reflejo auténtico del momento actual: la IA ya forma parte de la conversación educativa en Colombia, pero su implementación aún requiere guía, formación y propósito claro.

Aprender, desaprender, reaprender

Vivimos en un mundo que pronto tendrá más asistentes de inteligencia artificial que humanos. El debate ya no es si deberíamos hablar de IA, sino cómo la estamos integrando en nuestra vida diaria. Está transformando la forma en que aprendemos, trabajamos y tomamos decisiones.

Una idea se vuelve cada vez más clara: La habilidad más poderosa en este siglo no es dominar la IA. Es aprender a aprender.

Como dijo Alvin Toffler: “Los analfabetas del siglo XXI no serán los que no sepan leer o escribir, sino los que no puedan aprender, desaprender y volver a aprender.”

Hoy, la IA puede explicarnos cualquier concepto, escribir ensayos, desarrollar códigos y analizar datos más rápido de lo que muchos humanos pueden pensar. Por eso, el verdadero valor ya no está en saberlo todo, sino en saber hacer las preguntas correctas.

Necesitamos personas que se mantengan relevantes, que se adapten, que crezcan en medio del cambio. Personas que no se detienen cuando las reglas cambian, sino que se preguntan: ¿qué puedo aprender aquí?

Porque en un mundo en constante evolución, la capacidad de aprendizaje se convierte en una forma esencial de estabilidad.Y en un mundo donde la IA tiene muchas respuestas, el verdadero poder está en saber qué preguntar.

Un futuro que se diseña, no se espera

La inteligencia artificial en la educación no es una amenaza ni una solución mágica. Es una herramienta que ya está presente, que seguirá avanzando, y que nos exige claridad sobre cómo queremos usarla.

El verdadero desafío no es tecnológico. Es pedagógico. Y la oportunidad está en nuestra capacidad de tomar decisiones informadas, con visión a largo plazo, que mantengan al estudiante en el centro y a la tecnología como un medio, no como un fin.

Y sobre todo, en entender que la educación no empieza ni termina en el colegio o en la universidad.Empieza en casa, en el trabajo, en la comunidad, en cualquier momento en que una persona está dispuesta a aprender algo nuevo.Un padre que le explica algo a su hijo. Un adulto que aprende a usar una herramienta digital para mejorar su trabajo. Una conversación entre colegas sobre cómo hacer las cosas mejor. Todo eso también es educación.

En un mundo que cambia tan rápido, aprender se convierte en un acto cotidiano. Y educar, en una responsabilidad compartida.

Porque el futuro de la educación no es solo un tema escolar.
Es una conversación que nos incluye a todos.

Por: Karen Carvajalino
Twitter:@LasCarvajalino
*La autora es psicóloga y cofundadora The Biz Nation, una plataforma de educación virtual enfocada en emprendimiento, tecnología y habilidades para los trabajos del futuro. 

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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