Analistas coincidieron en que la eventual suspensión de la regla fiscal provocará una rebaja de la calificación crediticia del país por parte de Moody’s y dijeron y confirmaría que las cuentas del Plan Financiero estaban mal hechas.
Los bonos y la moneda de Colombia experimentaron una venta masiva el viernes ante el temor de los inversionistas de que el gobierno pueda suspender el ancla fiscal que limita su capacidad para endeudarse.
Según Bloomberg, los bonos denominados en dólares del país cayeron hasta 1,8 centavos por dólar y el peso se depreció hasta un 1,2%, siendo una de las mayores bajas de los mercados emergentes.
Este jueves trascendió que el Gobierno está analizando la posibilidad de suspender la regla fiscal, apelando a la llamada ‘cláusula de escape’, que se usa en situaciones excepcionales.
Las posibilidad será evaluada el próximo lunes durante la sesión del Consejo Superior de Política Fiscal (Confis).

Ayer jueves la Tasa Representativa del Mercado bajó hasta los 4,097 pesos por dólar, el nivel más bajo desde marzo. Hoy sube $45 y cotiza en niveles de $4.142.
Según Andrés Langebaek, Director Ejecutivo Estudios Económicos en Grupo Bolívar, un análisis de los factores que han propiciado esta situación sugiere que en realidad desde abril el peso (en rojo en el gráfico) ha seguido el comportamiento del promedio de las monedas de los emergentes (la línea azul).

“La devaluación del dólar a nivel global es entonces el principal factor que explica esta situación. Sin embargo esto no tiene porque continuar a futuro. Malas noticias en el frente fiscal pueden cambiar esta situación”.
“Parece que el gobierno de Petro podría estar dando la espalda a la responsabilidad fiscal”, afirmó a Bloomberg Aaron Gifford, analista soberano de mercados emergentes de T. Rowe Price en Baltimore.
El rendimiento adicional que exigen los inversores para mantener la deuda soberana de Colombia frente a los bonos del Tesoro de EE.UU. subió 10 puntos básicos el viernes, hasta el 3,53%, según JPMorgan Chase & Co.
La suspensión de la regla fiscal probablemente provocará una rebaja de la calificación crediticia del país por parte de Moody’s Ratings, afirmó al citado medio Ricardo Penfold, director general de Seaport Global. También podría hacer que el Banco de la República se muestre más cauteloso en su ciclo de flexibilización monetaria, añadió.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, dijo que no existe ningún evento extraordinario o que comprometa la estabilidad macroeconómica que justifique activar la cláusula de escape de la regla fiscal.
“La economía crece más, el desempleo es menor y la inflación se está reduciendo paulatinamente. Hacerlo enviaría una pésima señal a los mercados sobre el compromiso del gobierno con la sostenibilidad fiscal, y agravaría la situación al encarecer aún más el costo del endeudamiento. Ojalá el gobierno actúe con responsabilidad y descarte esta mala decisión”, señaló.
Según el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, apelar a la cláusula de escape para incumplir la regla confirma que las cuentas presentadas en el Plan Financiero estaban mal hechas y sobre estimaban los supuestos macro y de ingresos para la planeación fiscal.
“Usar la cláusula de escape significaría sincerar las cuentas y dejar de hacer ‘contabilidad creativa’ para cumplir artificialmente con la regla fiscal”, señaló.
La cláusula de escape -según el Observatorio- es la única alternativa disponible para el gobierno en un contexto en el que es no es viable una reducción de gastos inflexibles o la creación de nuevos ingresos para cumplir con las metas de balance.
“El déficit fiscal del 2024 cerró en -6.7% del PIB. El Plan Financiero actualizado en enero proyectó un déficit del -5.1% del PIB para este año, pero todo indica que la magnitud del descuadre entre ingresos y gastos ampliará esta brecha”, según el Observatorio.

De hecho, un informe del Banco de Bogotá, elaborado por su equipo de Investigaciones Económicas, IE, advierte que con la cláusula de escape de la Regla Fiscal, queda en duda el déficit de 2025.
Para IE el déficit de 7.8% del PIB requiere de esfuerzos de subejecución, sin estos y repitiendo la ejecución histórica del PGN sin deuda (86%) y del rezago presupuestal (95%), déficit sería de 8.7%
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