¿Colombia está mejor o peor? Aunque el dato de crecimiento sorprendió al alza, la verdad es que las fuerzas que inciden en la desaceleración están presentes todavía.
Con la publicación del dato de crecimiento económico del primer trimestre de 2023 se abre la puerta a algunas discusiones sobre si vamos mejor o peor, en especial en un año en el cual hay una fuerte expectativa de desaceleración. Iniciando por entender dicho crecimiento se mide como la variación porcentual del Producto Interno Bruto (PIB), por lo que en realidad hablamos de una tasa, así que si es mayor se dice que se acelera, si es menor pero todavía positiva es que se desacelera y finalmente si es negativa es que se contrae.
Adicionalmente, también vale la pena aclarar que dicha tasa se mide a partir del PIB real, es decir aquel que deja fijos los precios y refleja mejor el comportamiento de las cantidades, que al final del día es la variación que se busca analizar ya que hablamos de producción.
Ahora bien, de acuerdo con el Dane la tasa anual de crecimiento del primer trimestre en su serie original fue de 3,0%, como puede verse en el gráfico, que si bien fue superior al 2,1% del cuarto trimestre del año anterior, tendría más sentido compararla con el mismo momento de 2022, cuando fue de 8,2%.
Esto partiendo de la lógica que se deben comparar periodos que tengan las mismas características particulares de comportamiento, como, por ejemplo, el cuarto trimestre que incluye las compras navideñas o el segundo con las vacaciones de mitad de año y el pago de prima. Aunque también vale la pena hacer la salvedad que en 2022 el efecto base, es decir la comparación contra un primer trimestre de 2021 de bajo crecimiento y el impulso de la recuperación post pandemia también son fuerzas coyunturales que impulsaron esa tasa históricamente alta.

Sin duda creo que una de las comparaciones más relevantes es frente a lo esperado por el mercado en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo publicada en abril donde superó el rango máximo de 2,5%. Esto muestra una mayor dinámica en la economía frente a lo esperado por el mercado, sin embargo hay otras señales que no son tan optimistas como el caso de la construcción, que fue el único sector que mostró una contracción con -3,1% en su tasa 12 meses, lo que es muy significativo si se tiene en cuenta que en abril, de acuerdo a Camacol, las ventas de vivienda nueva (VIS y No VIS) se redujeron en 62% frente al mismo mes de 2022.
Si bien el dato de crecimiento sorprendió al alza, las fuerzas que pueden indicar una desaceleración están presentes todavía con altos niveles inflacionarios que desincentivan el consumo, altas tasas de interés que reducen la demanda por créditos, alta tasa de cambio que afecta las importaciones de insumos y si la caída en ventas de viviendas nuevas de abril son una señal, es posible que el sector financiero sienta adicionalmente el golpe en una baja en créditos hipotecarios.
Por lo que sería importante que el gobierno no solo se enfoque en las reformas estructurales que cursa en el Congreso sino también en como potencializar en el corto plazo el crecimiento de la economía que dará un mayor impulso a la sostenibilidad fiscal precisamente para financiar todos los cambios que quieran hacerse.
Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.
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