¿Qué fuerzas han llevado a que el dólar caiga a niveles que no se veían desde que inició el año? No tiene que ver con la política de turno y sí con el ambiente económico local y global.

Sin duda, el dólar ha sido tal vez el tema más recurrente en mis columnas, mi podcast Gandini Análisis, clases y conferencias, pero siempre continúa dando de qué hablar. Esta vez, el pasado lunes 31 de julio, continuando con su tendencia decreciente rompió la barrera de $3.900 pesos y alcanzó a tocar niveles mínimos de alrededor de $3.878, ¿Qué fuerzas han llevado a esta tendencia? Es la pregunta que contestaré en esta columna.

Lo primero que creo es vital para poder tener el mejor análisis posible, es alejar el comportamiento de las narrativas políticas, bien sean a favor o en contra del actual gobierno y centrarnos en las fuerzas económicas y de mercado que están presentes en este momento. Segundo, también es crucial recordar que este es un mercado altamente dinámico y todas estas fuerzas se mantienen cambiando en el tiempo, por lo que hay que seguirlas continuamente para evaluar cual está impactando más.

En el gráfico se pueden ver dos hechos relevantes para la Tasa Representativa del Mercado (TRM), el primero la tendencia decreciente marcada por el canal desde el 3 de mayo hasta la ruptura del nivel de $3.900 que ha marcado una reducción de 17.29% y el segundo es cómo ese hecho nos devuelve a niveles del 11 de junio, antes de la segunda vuelta electoral en las elecciones presidenciales locales.

Gráfico: Elaboración propia. Datos: Banco de la República.

Ahora bien, entendiendo en la situación en que se encuentra la tasa cambio actualmente, es el momento de explicar lo más claramente posible las tres principales fuerzas detrás de su comportamiento:

  • Inflación en Estados Unidos y Reserva Federal (FED): El comportamiento del nivel de precios en Estados Unidos afecta al peso en Colombia precisamente a través de la decisión de tasas de la FED, ya que una reducción en la inflación haría menos probable futuros aumentos de la tasa de la Fed, haciendo menos atractivos los activos en dólares y por tanto debilitando la divisa.
    Eso efectivamente se empezó a ver desde la publicación de los últimos tres datos de inflación desde el 10 de mayo con reducciones en sus tasas anuales que sorprendieron positivamente al mercado y pasaron de 4.9% a 3.0% para los registros entre abril y junio. Esto llevó a que la Fed no aumentará tasa en su reunión de junio y cambiará el lenguaje en la de julio dando mayor paso a que esa sería probablemente la última vez que se aumentaría este año.
  • Apetito de riesgo de los inversionistas: Profundamente conectado con el fenómeno anterior, está el aumento de apetito de los inversionistas que han buscado opciones de inversión con mayores rendimientos fuera de Estados Unidos lo que ha debilitado al dólar. Esta sigue siendo la fuerza más relevante para el peso inclusive después del aumento de tasa de julio de la FED.
  • Factores locales: Finalmente en términos locales desde mayo en adelante, se vieron varias razones para reducir la percepción de riesgo del país, el primero es la falta de efectividad del gobierno en el Congreso lo que obligaría a conciliar más el texto de las reformas estructurales que se presentan, adicionalmente parte de este periodo de revalorización coincidió con el receso en el legislativo. Segundo, el lenguaje ortodoxo del Ministro de Hacienda y el compromiso de cumplir la regla fiscal dan tranquilidad en términos de la sostenibilidad fiscal.

Para concluir, como les mencioné, estas fuerzas cambian todo le tiempo bien sea desde el punto local o global, por lo que es crucial seguirlas de cerca para ver si el peso continuará fortaleciéndose en lo que resta del año.

Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

Lea también: El crecimiento chino decepciona