Debido a una posible crisis causada por el fenómeno de El Niño, los colombianos podrían verse obligados a reducir el consumo de energía. ¿Cómo lograrlo?

No sería la primera vez si Colombia tuviera que enfrentarse a una crisis energética por cuenta del fenómeno de El Niño en la que se deba recurrir al ahorro masivo de energía. Las lecciones aprendidas en otros tiempos de sequía recuerdan que solo con el bajo consumo se puede preservar la salud del sistema eléctrico, así como mantener estables los precios del kilovatio hora (kWh).

En esta medida, son las regulaciones del gobierno las que pueden hacer la diferencia y en este artículo se expone cómo está la situación, algunas opiniones de expertos y la posibilidad de implementar un plan de ahorro de energía nacional. ¿Colombia tendrá que ahorrar energía otra vez?

Este Niño que viene llegando tiene un 81% de probabilidades de ser muy fuerte, así lo afirma el exministro de Minas y Energía, Tomás González, en su más reciente columna para Forbes Colombia. También son altas las posibilidades de que dure bastante tiempo, hasta el primer trimestre del próximo año.

Con el cambio de clima que viene con esta temporada, llega la sequía, el monstruo al cual el sector energético le teme, ya que aproximadamente el 68% de la producción de electricidad proviene de las plantas hidroeléctricas que se ven afectadas cuando para de llover por largos periodos de tiempo. El bajo nivel de producción de energía hidroeléctrica hace que inmediatamente se prendan los motores de las generadoras a base de combustibles, algunas que funcionan con carbón nacional, otras con gas y otros combustibles que deben importarse.

“Deberemos reemplazar con plantas más caras la energía que normalmente se genera con agua”, afirma el exministro. “Esto puede llevar a tarifas más altas: muchas empresas tendrán que comprar —y cobrarles a los usuarios— esa energía cara”

El costo de la energía puede aumentar drásticamente superando los niveles de alerta, como sucedió la semana pasada cuando el precio de la energía en bolsa superó el umbral de escasez de activación llegando el 9 de octubre a los $1.155 por kWH, un 8,3% por arriba del nivel de alerta.

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“Cuando el precio de bolsa supera el precio de escasez​, se genera una señal de que hay una situación crítica en el sistema y se activa esta norma para regular el precio al que se compra la energía”, afirma XM, administradora de este precio.

La regulación de los precios que se puede activar con estas alarmas beneficia al consumidor, pero pone en peligro la estabilidad del sector que tiene que esforzarse más de lo común para suplir la demanda. Por eso en una situación de crisis se vuelve viable optar por el ahorro de energía, una medida que no es nueva para el país, sino que se ha implementado en varios momentos incluyendo el apagón de 1991-1992, y el programa Apagar Paga promovido en 2015-2016. Ambos ejemplos sucedieron en el apogeo de un fenómeno de El Niño.

Para evitar una crisis mayor, el papel del gobierno y de las instituciones reguladoras como la CREG es fundamental. Según Esteban Quintana, CEO de Klik, empresa gestora de riesgo en el sector energético, la solución podría estar en reducir drásticamente la demanda motivando a las grandes empresas y a las familias colombianas a que consuman menos energía, mediante la implementación de incentivos propuestos desde la institucionalidad.

“Hay que tener en cuenta qué tan estresada está la red”, afirma Quintana. “Luego hay que ver cuál es el mejor momento para que estos usuarios, que tienen una capacidad de desconexión, disminuyan su consumo y así disminuyan la carga y la tensión que sufre el sistema en este momento.”

Si solo las grandes empresas disminuyen su consumo, Quintana cree que se podría ahorrar un 8% de la energía que se consume en el país. Esto solo se puede conseguir si mediante la regulación de los precios, se ofrecen garantías de rentabilidad para aquellas empresas que demuestren una alta reducción del consumo de energía, algo similar al programa de Apagar Paga que se implementó durante la administración de Juan Manuel Santos. Si además se sumaran las familias a este esfuerzo, otro 4% o 5% podría dejar de consumirse, por lo que la demanda disminuiría un 12% y se aliviaría la posible crisis que sufra el sector a cuenta de El Niño.

Hay dos problemas, según Quintana, el primero es que este programa caducó en abril de 2022, y el segundo, que solo aplicaba para las grandes empresas. Sin embargo, la mayoría del consumo durante esta época de sequía podría provenir de otro lado.

“La demanda también aumenta por El Niño”, afirma el CEO de Klik. “La sequía trae temperaturas más altas, periodos de calor, por lo que la gente en los climas cálidos empieza a usar más el aire acondicionado o los diferentes sistemas de ventilación eléctrica.”

Con el ritmo al que va la sequía en Colombia, acompañada de otros hechos como las manifestaciones recientes en la planta de Hidroituango, ponen en jaque la situación del sector energético. Un programa masivo de ahorro de energía podría ser la solución más viable para la crisis, así que es muy probable que el gobierno y la CREG implementen programas incentivos a la reducción del consumo.


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En Colombia, el consumo promedio de energía en los hogares oscila entre los 150 y 300 kVh al mes, así lo comenta Natalia Aguirre, directora de mercadeo de Alkomprar, la comercializadora de electrodomésticos. Aguirre recomienda que todos los consumidores revisen el etiquetado de los aparatos eléctricos que adquieren, en donde se lee claro cuánta energía pueden llegar a gastar, y así ayudar a reducir el consumo.

“Las viviendas, oficinas y establecimientos pueden anticiparse para revisar las etiquetas de consumo de energía a la hora de comprar electrodomésticos”, afirma Aguirre. “El porcentaje de energía más alto que se consume en los hogares corresponde al uso de los electrodomésticos, por eso es importante conocer e interpretar distintivos como su etiquetado”.

Por otro lado, las generadoras de electricidad exigen garantías para preservar la seguridad de sus trabajadores. Después de unos masivos bloqueos en Hidroituango, EPM se pronunció sobre la crisis en el sector que podría verse agravada por situaciones como esta en la que la seguridad de los trabajadores de las plantas generadoras de energía se pone en riesgo.

“Las proyecciones sobre los precios de energía actuales cuentan con que las unidades adicionales de generación de energía entren en funcionamiento en Hidroituango”, afirma Julián Quintana. “Si con los bloqueos estas unidades no entran en funcionamiento o si se frenan las demás, estaremos en una situación mucho más grave de la que tenemos ahorita.”

Natalia Gutierrez Jaramillo, presidenta de Acolgen, el gremio de las generadoras de energía, recuerda también que los embalses son multipropósito y no solo generan electricidad sino que almacenan agua y que “sirven para distritos de riego, acueductos, entre otros.” Entonces la propuesta de las generadoras es ahorrar tanto energía como agua, para aliviar los efectos provocados por el fenómeno de El Niño.

A pesar de que el ahorro de energía es una solución necesaria, está lejos de ser suficiente para calmar todas las necesidades del sector. Juan Camilo Manzur, director ejecutivo de Asocodis, el gremio de las distribuidoras de energía, cree que otro problema radica en el hurto de energía, un problema que genera pérdidas de $120.000 millones a estas empresas afectando su viabilidad financiera.

“Esto reduce, y en varios casos elimina, la capacidad de las generadoras de energía para la inversión”, afirma Manzur. “Restringe la ampliación de la cobertura eléctrica, afecta calidad del servicio y eficiencia de los sistemas eléctricos, e incluso, llega a afectar las tarifas de todos los usuarios”.

El gobierno ya alistó un plan de alivios por un billón de pesos para afrontar las dificultades en el sector. Sin embargo no se ha pronunciado sobre el tema del ahorro masivo, que probablemente sea una opción viable para alivianar los efectos del fenómeno de El Niño sobre la crisis en el sector energético.

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