Según José Roberto Acosta, aunque el gobierno está al límite de la Regla Fiscal, los niveles de deuda se mantienen por debajo del ancla del 55% del PIB y los inversionistas siguen valorando la fortaleza institucional del país y el fin de los subsidios a la gasolina.
En las últimas semanas, han aumentado las voces que advierten el riesgo de incumplimiento de la Regla Fiscal, una especie de camisa de fuerza que se imponen los gobiernos y que implica establecer metas puntuales sobre el balance fiscal en función del nivel de deuda pública, garantizando la credibilidad y sostenibilidad de las finanzas públicas.
En un contexto de desaceleración económica, incertidumbre, caída de los ingresos tributarios y aumento de la deuda pública, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla ha explicado que el Gobierno enfrenta el dilema: “Pagamos deuda o invertimos”.
“La salida de la recesión causada por la pandemia, en 2021 y 2022, fue un crecimiento a debe y hoy estamos pagando las consecuencias”, dijo Bonilla en el reciente congreso de Asofondos al destacar que, como resultado de ello, el país quedó fuertemente endeudado y con obligaciones que no son consideradas deudas: tarifas congeladas de los combustibles, de energía (la llamada opción tarifaria) y el uso de la línea de crédito flexible con el FMI por US$5.400 millones.
“Esas deudas tienen vencimientos en 2024 y 2025 y cuando se pagan no abren cupo de endeudamiento, pero sí hay que buscar los recursos para pagarlas”, agregó Bonilla y subrayó que el crecimiento a debe “lo estamos pagando hoy”.
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De hecho, en un último pronunciamiento, el Comité Autónomo de la Regla Fiscal, Carf, ha advertido que para que la programación fiscal de 2024 cumpla con la Regla Fiscal se requiere una reducción adicional en el balance primario por $10 billones.
¿La razón? El Plan Financiero presentado el 1 de febrero prevé un aumento del déficit fiscal hasta 5,4% del PIB en 2024, lo que elevaría la deuda neta del Gobierno Nacional Central (GNC) hasta 57%.
Para esta entidad, la manzana de la discordia es que el Gobierno incluye $10 billones por arbitramento de litigios como ingresos en el Plan Financiero para 2024, que el Comité considera “no estructurales, porque resultan de una desacumulación de un activo contingente y que, por tanto, no deberían programarse para financiar gasto estructural”.
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¿Existe el riesgo de incumplimiento de la Regla Fiscal como lo han advertido el Carf y entidades como el BNP Paribas y Credicorp Capital, entre otras?
José Roberto Acosta, director de Crédito Público, explicó en diálogo con Forbes la estrategia de endeudamiento interna y externa del Ministerio de Hacienda en 2024, que prevé subastas de TES por $34 billones y de bonos por US$5.500 millones, y dijo que aunque el Gobierno está al límite de la Regla Fiscal, la están cumpliendo y más importante aún: manteniendo el nivel de deuda por debajo del ancla (55% del PIB).
“Cerramos en 54,3%, muy por debajo de los estimativos de todos los analistas, que al principio del gobierno decían que íbamos a llevar la deuda al 60% y mientras tengamos controlado el nivel de deuda los mercados nos mantiene las puertas abiertas”, explicó el funcionario.
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El siguiente es un extracto de la entrevista de Acosta con Forbes:
¿Cómo va la estrategia de financiación del gobierno para 2024?
Estamos en el proceso de financiamiento interno y con corte al 10 de abril ya tenemos cerca del 34%-35% de lo programado para el año en el Plan Financiero. A este ritmo con las subastas competitivas y no competitivas, hacia septiembre ya habremos concluido el programa de subastas.
En el frente interno, las subastas ascienden a $34 billones y para el financiamiento externo, lo programado en el Plan Financiero son US$5.500 millones, de los cuales ya llevamos un poco más de US$2.000 millones, lo que representa un 40%.
Si vemos las condiciones son favorables y la oportunidad de prefinanciar y anticiparnos al 2025, lo haremos. El año pasado los TES los cerramos en octubre y no emitimos más, nos quedamos quietos.
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¿Qué tanto ha afectado el entorno internacional las emisiones de deuda del Gobierno?
Ha afectado el costo que se ha venido pagando porque la deuda emergente va de la mano con la tasa piso de los bonos del Tesoro americano. Con el IPC de EE.UU. por encima de las expectativas parece descartarse una reducción en las tasas de la FED en junio y que en vez de tres reducciones habría solo dos en 2024.
Eso pone la curva del Tesoro a 10 años, que es el benchmark en este momento, en 4,52%, una tasa no vista desde octubre del año pasado. Recordemos que llegó al 5%…entonces encarece el financiamiento y es una mala noticia para el país.
Pero la buena noticia es que hemos tenido un apetito amplio en cada una de las colocaciones que hemos hecho. Eso evidencia que Colombia tiene la posibilidad de colocar deuda en los mercados internacionales a precios de mercado, en forma competitiva, y este año con 8 veces la demanda -como sucedió con la emisión reciente de bonos sociales por US$1.300 millones- también se nos ratifica que no obstante el costo, que además fue inferior en 60 básicos al del año pasado, tenemos los mercados abiertos y apetito inversionista.
¿Pero ese apetito no se explica porque las tasas de colocación de Colombia son superiores a las de otros emergentes?
Lo que usted menciona es evidente y objetivo y se materializó con la pérdida del grado de inversión de Colombia en 2021, por parte de Fitch y de S&P, que se explica por el mal manejo del gobierno anterior en materia fiscal. Recordemos que rompió el ancla de deuda, usó los recursos de la línea de crédito flexible del FMI y modificó el ancla fiscal, que fue la que recibió el actual gobierno. Entregaron una Regla Fiscal absolutamente apretada e inflexible en su componente estructural, pero este Gobierno ha tenido respeto por la Regla Fiscal.
En 2023 se cumplió, ya habíamos recibido un Presupuesto pero nos dimos el lujo de cancelar lae emisiones de TES en octubre y con todo y eso logramos un déficit por debajo de lo estimado, y el año pasado por la caída del precio del dólar y ese componente flexible pudimos aumentar el déficit y logramos estar lejanos del límite en $3 billones.
En conclusión: recibimos unas finanzas públicas totalmente saturadas y al límite con un Fpec como herencia maldita, que implicó pagos en 2022 por $23 billones y el año pasado por $37 billones que el gobierno ha honrado, que suman $60 billones, el principal ajuste fiscal que se ha tenido, y con todo y eso hemos cumplido la Regla Fiscal.
¿Cómo ven las cosas para 2024, teniendo en cuenta las advertencias del Carf y otros analistas?
Para este año estamos al límite, eso no es de orgullo pero significa una apuesta por aplicar gasto público como reactivador de la economía, porque la gran preocupación es el crecimiento, y la inversión pública es un dinamizador que queremos aprovechar y fue el rubro más importante del Presupuesto General de la Nación, PGN, de $502 billones.
¿Cómo está la proporción entre deuda interna y externa?
Hoy estamos en 65%- 35%, respectivamente, pero como lo hemos manifestado a inversionistas y calificadoras dentro de la estrategia de endeudamiento la idea es pasar a 70%-30%, paulatinamente.
¿Qué impacto podría tener en el mercado de la deuda la reforma pensional, teniendo en cuenta el papel de las Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías, AFP, como compradoras de TES?
Algo empírico y comprobado es que el país ha tenido años en su programa de financiamiento con la ausencia total y hasta ventas netas de las AFP. En esas circunstancias, hubo otros agentes de compra como los locales institucionales, compañías de seguros, fiduciarias, bancos, etc. y los off shore.
Es decir, la diversificación de inversionistas que tiene Colombia ha sido tan sana que ha permitido el manejo de la deuda con ausencia de inversionistas gruesos como son las AFP, que de un tiempo para acá han venido recuperando protagonismo, aunque en la reforma no se toca el stock de TES…va a tener un efecto sobre los flujos que de alguna manera no son tan sustanciales en la medida en que la acumulación en las AFP por aportes empiezan a neutralizarse con los desahorros de la población que comienza a pensionarse y donde otros inversionistas institucionales también son protagonistas.
Así que la preocupación o el efecto que podría tener la aplicación de tres salarios mínimos como umbral (o 2.3 como se acordó recientemente) no es sustancial para el mercado de TES.
¿Cómo nos ven afuera?
Con fortaleza institucional, cumplimiento de regla fiscal y una felicitación permanente por el cierre de los subsidios a la gasolina, y con la expectativa de que cerremos los del ACPM.
¿Cuáles son los principales retos de Crédito Público?
El reto es cerrar 2024 de manera satisfactoria con solvencia en caja y liquidez, tanto interna como externa, y sobre todo con niveles de ejecución que realmente tengan un efecto multiplicador en la economía. No ejecutar por ejecutar, no nos trasnocha ejecutar por ejecutar sino hacerlo en forma focalizada.