La presidente del Grupo Aval desde marzo de este año, es una ‘workaholic’ que cree en el trabajo en equipo y en que a veces hay que hacer ‘microgerencia’ aunque sin exagerar. En entrevista con Forbes habla del futuro del conglomerado y analiza la coyuntura del país.

Cuando a María Lorena Gutiérrez Botero le ofrecieron la presidencia del Grupo Aval, la propuesta la tomó por sorpresa. “No lo esperaba ni estaba en mis aspiraciones”, dice esta ingeniera industrial bogotana con doctorado en finanzas de la Universidad de Tulane, y experiencia en la academia y en los sectores público y privado, donde ha desarrollado una exitosa carrera durante los últimos 30 años.

Por ello, ha tenido entre sus jefes al ex rector de las Universidad de Los Andes, Carlos Angulo; al ex presidente Juan Manuel Santos; y en los últimos seis años a Luis Carlos Sarmiento Ángulo, el arquitecto y fundador del conglomerado financiero más importante del país, y a Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, quien trabajó hombro a hombro con su padre durante tres décadas y lo reemplazó como presidente de la junta directiva del Grupo.

“Me siento afortunada porque pocas personas han tenido la oportunidad de tener esa experiencia”, dice Gutiérrez al recordar su trayectoria que incluye los 15 años en los que estuvo vinculada a su alma mater, donde alcanzó la decanatura de la Facultad de Administración, tras lo cual se convirtió en la mano derecha de Santos. Primero, como Alta Consejera de Buen Gobierno, luego como Secretaria General y, por último, como ministra de la Presidencia, donde ejerció el rol de una especie de Jefe de Gabinete, bajo la batuta de un mandatario obsesionado con la eficiencia y los resultados.

“Eliminamos trámites absurdos como el certificado judicial, la huella digital y la exigencia de un certificado de supervivencia para los adultos mayores”, recuerda de esa época de la que destaca el trabajo para tener estrategias y metas grandes y hacerles seguimiento con tableros de control -como lo hizo en la Facultad de Administración cuando logró la ‘triple corona’ para certificar su calidad.

De hecho, se podría decir que ese paso por el sector público -que además la llevó a los Ministerios de Comercio Exterior, brevemente a Minas y a la Embajada de Colombia en Alemania- le brindó la posibilidad de conocer el país a fondo, tenerlo en la cabeza y aprender de minas, salud, educación, hacienda e inclusive justicia porque, en palabras suyas, “cuando uno hace seguimiento, tiene que saber de qué habla”. 

“Mi nombramiento lo sentí como un gesto de confianza de la familia Sarmiento, pues había otros directivos que llevaban más años vinculados al Grupo”, dice Gutiérrez.

Tras su retiro del sector público, en agosto de 2018 asumió la presidencia de Corficolombiana, una entidad con inversiones billonarias en los sectores claves que jalonan la economía: infraestructura, turismo, gas y energía. “Si a Corfi le va bien, al país le va bien y al revés”, sostiene. 

“En sus casi seis años con nosotros, ella ha manejado con gran éxito la Corporación Financiera Colombiana participando en el crecimiento del patrimonio de la misma de $3,4 billones en junio de 2018 a $11,9 billones en diciembre de 2023”, la elogió Sarmiento Angulo cuando el pasado 21 de marzo, en su condición de accionista mayoritario, sugirió su nombre para reemplazar a su hijo como presidente del Grupo.

“María Lorena es brillante y está comprometida con lo que hace. Trabajadora compulsiva, es leal y su mundo es la empresa donde trabaja”, dijo Ángela María Londoño, quien fue directora del Programa de Alta Gerencia en Uniandes, cuando Gutiérrez era decana de la Facultad de Administración y su jefe.

Así, se convirtió en la primera mujer en liderar el conglomerado financiero y en la primera persona ajena a la familia Sarmiento en llegar al cargo, a pesar de que varios ejecutivos llevaban más tiempo vinculados al Grupo. 

“Lo sentí como un gesto de confianza de ambos y de la familia, que podía ayudarles a liderar lo que han construido por décadas. Entonces, siento que es una gran responsabilidad”, dijo a Forbes Colombia.

Con Sarmiento Gutiérrez como presidente de la junta del conglomerado, María Lorena se ocupa de los temas estratégicos mediante una metodología que consiste en hablar todo el tiempo y realizar una reunión semanal formal para abordar los temas claves.

Luego de más de cinco años de trabajo en equipo, ambos mantienen una relación cordial y fluida. “Él, además de ser un gran trabajador, es dueño de la compañía al igual que su papá y su familia…y yo siempre he sido coequipera. Entonces, creo que no hay nada mejor que trabajar en equipo. No solo con la familia y el presidente de la junta sino con los más de 77.000 funcionarios que tiene esta organización”. 

En un conglomerado con participación en la banca local a través de cuatro entidades (Banco de Bogotá, Banco de Occidente, Banco Popular y Banco AV Villas) y presencia en Panamá a través de la operación de Multi Financial Group; la banca de inversión mediante Corficolombiana, y la administración privada de pensiones y cesantías a través de Porvenir, Gutiérrez afirma que una organización tan diversa se lidera con el ejemplo y, sin perder de vista el tema estratégico y macro, y haciendo algo de microgerencia, aunque sin exagerar.

“Tengo reuniones semanales, tengo metas. Ahora estoy trabajando con los funcionarios del Grupo y de la organización para temas de pertenencia y hago reuniones cada 8 días para ver cómo vamos. Estoy trabajando en ser mucho más explícitos en los avances que hemos tenido en transformación digital, donde nos hemos ganado cuatro premios”.

Porque a nivel micro, la apuesta es tener más servicio al cliente, sobre todo en los bancos y enfocarse en las personas. “Ese es uno de los retos que vienen”, dice, además de lo que está sucediendo con la economía y la salud del sector financiero.

María Lorena Gutiérrez. Foto: Diana Rey Melo

Los retos del sistema financiero

En un año desafiante para la economía y el sistema, el Grupo Aval alcanzó una utilidad de $739.000 millones el año pasado, lo que representó una caída del 70,2%.

En una llamada con los inversionistas, Sarmiento Gutiérrez dijo que 2023 fue el año más difícil de la historia reciente para la economía colombiana, excluyendo la recesión de 2020 durante la pandemia, con un crecimiento de 0,6% y el deterioro de algunos de los principales indicadores del sistema financiero.

“Estamos pasando por una coyuntura especial, muchas de las entidades financieras tienen pérdidas, las tasas están altas y la economía no esta creciendo tanto”, dice María Lorena Gutiérrez al describir el momento retador que atraviesan el Grupo y el sector. 

¿La solución? Por un lado, cree que el Banco de la República debe ser más agresivo y acelerar la reducción de su tasa de intervención, que actualmente se sitúa en 11,25% tras el último recorte de 50 puntos básicos.

La presidente del Grupo Aval cree que el Banco de la República debe ser más agresivo en la reducción de su tasa de intervención y que el gobierno debe proponer un verdadero plan de reactivación y generar confianza en el sector privado.

“Yo bajaría más la tasa. Entiendo sus argumentos, viene la Niña y creen que la inflación puede subir. Sin embargo, veo que hay espacio y que enviarían un buen mensaje”, explica.

Por el otro, no duda en afirmar que no todo es responsabilidad del Banco de la República y las tasas, el Gobierno tiene que trabajar en la reactivación económica. 

Ese fue el mensaje que la directiva envió durante su participación en la última Convención Bancaria y en la entrevista con Forbes: hay que reactivar los sectores claves: infraestructura, vivienda, minas y energía, turismo y agro. 

La razones no son difíciles de adivinar. En la medida en que haya reactivación, bajen las tasas y que la gente tenga capacidad de pago, el sector dejará atrás las pérdidas y estará en capacidad de otorgar más créditos, lo cual podría generar una especie de círculo virtuoso, si a eso se le añaden reglas claras y certidumbre. 

“No hay una crisis estructural en el sistema”, agrega. Así se lo dijeron los banqueros y líderes del sector -entre los que se encontraba la cabeza del Grupo Aval- al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, en una reunión reciente en la que analizaron la coyuntura y exploraron ideas para reactivar la economía. 

A la reunión con el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, asistieron de derecha a izquierda los presidentes del BBVA Colombia, Mario Pardo; el de Bancolombia, Juan Carlos Mora; María Lorena Gutiérrez; el de Asobancaria, Jonathan Malagón; el de Davivienda, Javier Suárez, y el vicepresidente de Asobancaria, Alejandro Vera, entre otros.

De hecho, se espera que con las propuestas que se hicieron en esa reunión y otras que viene trabajando el equipo económico, el Gobierno anuncie un plan de reactivación este 20 de julio cuando comience la próxima legislatura del Congreso. 

“En líneas generales, discutimos cómo fomentar el agro, la economía popular, cómo lograr un programa conjunto para que los bancos seamos más proactivos con garantías del Estado y las propuestas tuvieron buena aceptación” dice aunque es tajante al señalar que las inversiones forzosas -una propuesta del presidente Gustavo Petro- son una mala idea.

¿La razón? En realidad le preocupan más al sector productivo que al financiero porque encarecen el crédito, explica. “Eso hablamos con el ministro, creo que hay mejores alternativas que las inversiones forzosas que además tienen que pasar por el Congreso y eso sería un desgaste”. 

En la última década, complementa, ninguna propuesta legislativa sobre inversiones forzosas ha sido aprobada por el Congreso y ello no ha ocurrido por un lobby del sector financiero sino del sector productivo y los consumidores, que serían los más afectados por la subida de las tasas de interés. 

La situación del país

Sin tapujos, la presidente del conglomerado financiero dice que al impacto de las tasas de interés en la economía hay que añadir la crisis de confianza que atraviesa Colombia y que se refleja en la cautela del sector privado.

“En general, uno siempre tiene que encontrar espacios para hablar de confianza, siempre he dicho que la confianza tiene que ser mutua…si le pedimos confianza al gobierno, el sector privado tiene que mostrar confianza y sus puntos de desacuerdo, al igual que el gobierno tendrá puntos de desacuerdo”.

Misión Guajira, una iniciativa financiada con recursos del Grupo Aval, es una alianza público privada. En mayo, las comunidades de Manaure recibieron ayudas en un acto al que asistió el presidente, Gustavo Petro.

Sin embargo, Gutiérrez considera que lo peor para Colombia y la economía es la polarización, porque no lleva al país a ningún lado y hace daño en el ámbito ciudadano, el político y el empresarial.

“A muchos no les gustó que yo dijera que con la economía no se hace política, pero creo que con las empresas y la economía no se hace política”, explica. “Uno puede hacer política con muchas cosas, pero no con la sostenibilidad y el crecimiento del país porque va a afectar a millones de personas”.

Al ahondar en la coyuntura nacional, dice que le preocupan dos cosas. Por un lado, el aumento de la inseguridad que puede llevar a una pérdida del control territorial en ciertos lugares del país.

“Hay que prestarle atención a la pérdida del control territorial. No se puede descuidar la seguridad, como lo estamos viendo en el sur del país, eso toma décadas en recuperarse. Colombia había avanzado en seguridad y eso atrajo inversión extranjera y turismo, no podemos volver a caer porque eso afecta la vida de todos y la economía”. 

Y el otro tema que le preocupa es la incertidumbre.

“Mi mensaje es tratemos de sacar el país adelante, trabajemos juntos, hay que reactivar la economía, mejorar la calidad de vida y trabajar para disminuir la pobreza extrema”, explica y señala que algunos mensajes del Gobierno no ayudan. “Que si hay Constituyente, que si no hay…eso no construye”. 

El futuro del Grupo Aval 

A pesar del panorama retador que describe, dice que el Grupo siempre está analizando y explorando oportunidades de inversión, acá y en el exterior. 

“Una de las cosas que más admiro de la familia Sarmiento es que apostó por este país, que no se ha ido y hablamos de décadas”, explica y dice que ojalá aparezcan más proyectos de infraestructura y Colombia avance en las energías renovables, porque el Grupo está dispuesto a financiarlos, tal como hizo con un reciente crédito por $1 billón a Ecopetrol. 

“Siempre estamos pendientes de lo que hay en el país pero también miramos por fuera”, señala y explica su visión del futuro del conglomerado así:  “Este es un Grupo que aporta al país, que mejora la calidad de vida de millones de colombianos pero lo visualizo mostrando más de lo que hacemos en temas de sostenibilidad. Porque hacemos muchísimo en temas ambientales, impacto con las comunidades y temas sociales pero somos un poco tímidos en mostrarlo”.

De hecho, uno de los programa bandera del Grupo es Misión Guajira, la alianza público-privada con el Gobierno y varias empresas aliadas como Claro, que a comienzos de mayo llevó a cabo la entrega de soluciones de agua y alimentación para 487 familias de 9 comunidades Wayú de Manaure y Uribia, que representan alrededor de 2.000 personas beneficiadas.

“Trabajamos con las comunidades y hay otras empresas como Claro que se han unido. Queremos ir más allá de brindar agua a 80 comunidades en la Alta Guajira, garantizar la sostenibilidad del programa”.

A nivel interno, dice que espera continuar avanzando con los temas de Gobierno Corporativo, aunque algunos cambios ya se han hecho a nivel de junta directiva con la llegada de nuevos miembros. A ello se suman las movidas en las presidencias de Corfi, con la designación de Ana Milena López Rocha, y en el Banco AV Villas, con el nombramiento de Gerardo Hernández.

Y aunque ha dicho que no cree en cuotas de género, es partidaria de las políticas de discriminación positiva en un país que históricamente ha tenido problemas de inequidad de género y retos de diversidad.

“Uno debe tener en las juntas y equipos personas de diferentes edades, estratos sociales, raza y género. Las cuotas y las metas de tener más mujeres hay que tenerlas todavía porque en mi experiencia, si uno abre procesos de selección, se presentan más hombres que mujeres”.

De hecho, el Grupo y sus entidades manejan políticas de diversidad no solo en género sino también en discapacidad, raza y estratos sociales.

“Hemos avanzado mucho en el tema de mujeres, tres de las seis entidades del Grupo tienen casi 50%-50% en funcionarios y hay algunas que tienen más del 50% de mujeres”, explica y pone como ejemplo lo que ha ocurrido a nivel directivo. “Un ejemplo soy yo. También está María Fernanda Suárez, en la presidencia del Banco Popular, Ana Margarita Albir, en ADL, y Ana Milena López en Corfi, además de que tenemos varios vicepresidentes”. 

En un momento en el que la innovación se ha convertido en una obsesión de todas las compañías y bancos para evitar la disrupción de los neobancos y las fintech, Gutiérrez saca a relucir su faceta académica y pragmática al afirmar que, aunque el Grupo ha hecho avances en transformación digital, tienen que darle más empuje y mostrar que están en la era de la digitalización. 

En ese sentido, dice que además estar más cerca de los clientes para ayudarlos a mejorar su calidad de vida y apoyar a las empresas a crear riqueza y competitividad para el país, quiere que los procesos sean ágiles y más simples. 

Aficionada al cine, el teatro y viajera compulsiva cuando tenía tiempo, María Lorena Gutiérrez Botero es una mujer de ideas claras, que disfruta la soltería y la lectura aunque durante los últimos meses no haya tenido tiempo para ninguna de esas cosas. 

“La intensidad familiar -así no tenga hijos ni marido- viene por mi mamá, sobrinos y mis hermanos”, complementa. “Son intensos en actividad familiar, cumpleaños, etc. Puedo ser un poco ‘workaholic’, pero eso no es por el tema familiar sino por mi personalidad”.