El gobierno enfrenta el desafío de tomar medidas para reactivar la economía con el panorama actual de crecimiento. El presidente Petro habló de 'inversiones forzosas', ¿qué es esto?

La semana pasada, el Dane publicó el dato de crecimiento del PIB para el segundo trimestre, que mostró un aumento del 2,1% en su serie original, superando en 1,8% lo que se esperaba según la encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo de julio, que preveía un 1,5%.

Este dato incrementa el optimismo sobre el comportamiento de la economía, aunque seguimos en una coyuntura de bajo crecimiento. En el gráfico se puede observar que, entre 2010, después de la crisis financiera global, y 2019, antes del COVID, no se registraron contracciones ni datos por debajo del 1,0%. Sin embargo, en tres de los últimos cuatro trimestres se han presentado estas características.

En este contexto y bajo la presión de diversos sectores económicos, el gobierno enfrenta el desafío de tomar medidas para reactivar la economía. A pesar de que las tasas de interés han comenzado a descender, la inflación sigue alta, en 6,86%, y aún está lejos de la meta del 3,0% establecida por el Banco de la República. En este escenario, se ha anunciado un proyecto de ley polémico sobre inversiones forzosas.

Gráfico: elaboración propia. Datos: Dane.

¿Qué son las inversiones forzosas?

Las inversiones forzosas no son un tema nuevo en Colombia; actualmente se aplican a préstamos destinados al campo a través de los Títulos de Desarrollo Agropecuario (TDA). En este modelo, el Estado emite títulos específicos con un interés inferior a las tasas de mercado, y las entidades bancarias están obligadas a adquirir un porcentaje de estos títulos, de ahí su carácter de inversión forzosa. Posteriormente, el gobierno destina los recursos a sectores específicos, como el agro.

La pregunta clave en este debate es: ¿es esta la forma más eficiente y menos riesgosa de asignar recursos a los sectores que pueden tener mayor impacto en la economía? Estas inversiones pueden tener varios efectos, como un aumento en las tasas de interés de nuevos préstamos, una reducción en el monto disponible para prestar por parte de las entidades bancarias y el riesgo de que la asignación de recursos se politice y no llegue a donde debería.

En lugar de emitir este tipo de títulos, podría ser interesante que el gobierno considerara alternativas competitivas, como los bonos de destinación específica en mercados regulados, como los verdes, cuyos recursos se utilizan para proyectos medioambientales y que Colombia ya ha emitido. En este caso, los inversionistas y calificadoras actúan como una especie de auditores para asegurar que los recursos se utilicen para los fines comprometidos por el gobierno, lo que podría alinear mejor los incentivos y ofrecer una forma más eficiente de obtener recursos.

Como ha sucedido con otras acciones políticas del gobierno, es posible que las declaraciones sobre un proyecto de ley de inversiones forzosas sean una estrategia para negociar con la banca desde una posición de mayor poder. Se ha sugerido que, si se llega a un acuerdo con los bancos sobre cómo financiar un plan de inversiones estratégicas, el proyecto de ley podría no ser presentado. No obstante, vale la pena considerar otras opciones distintas a una intervención forzosa del Estado y discutir su viabilidad.

Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia

Lea también: El efecto cascada: cómo las decisiones de los Bancos Centrales y el temor global afectaron el mercado de divisas