La concentración de la producción del petróleo en Rusia, Estados Unidos y la OPEP hace que las tensiones que viven hoy esas regiones en materia geopolítica impacten el precio. ¿Cómo?

Desde octubre pasado, las tensiones en Medio Oriente se han incrementado, y su impacto sobre el precio del petróleo se ha dejado sentir en un mercado que ya venía siendo afectado por otro evento geopolítico: la invasión rusa de Ucrania en 2022. El más reciente ataque de Israel, que bombardeó con alrededor de 100 aviones de guerra lanzadores de misiles de Hezbolá en el Líbano, es un nuevo detonante que ha empujado a la referencia Brent a negociarse de nuevo por encima de los US$80 el barril, como puede verse en el gráfico.

Gráfico: elaboración propia. Datos: Investing y EIA.

Este nuevo aumento de alrededor del 1,8% en el precio por barril se enmarca dentro del cambio en la postura de Israel hacia Hezbolá, adoptando una visión más activa que llevó a un ataque el mes anterior en Beirut, donde murió uno de los principales comandantes del grupo, Fuad Shukr. Este ataque fue seguido por lo que el mismo gobierno israelí denominó un “ataque preventivo” sobre lanzamisiles del grupo que apuntaban a Israel.

La respuesta de Hezbolá se materializó en el lanzamiento de más de 320 misiles hacia Israel, apuntando a objetivos específicos. Esta situación ha marcado un escalamiento preocupante en la región, después de los ataques de Hamas a Israel y el subsiguiente conflicto en la Franja de Gaza. El precio del barril llegó a negociarse por encima de los US$90 el 18 de octubre (como se indica en el gráfico con un círculo punteado).

¿Por qué la geopolítica afecta el precio del petróleo?

Al observar las dos regiones punteadas en el gráfico del precio de la referencia de crudo Brent, se percibe la importancia de la geopolítica en este mercado. Esto se debe principalmente a la concentración de producción en tres actores principales: Rusia, Estados Unidos y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que representan, según datos de la EIA para julio de 2024, el 64% de la producción mundial.

Otra particularidad que vale la pena resaltar es que los tres mayores productores dentro de la OPEP son Arabia Saudita, Irak, Irán y los Emiratos Árabes Unidos, todos ubicados en el Medio Oriente y que han tenido tensiones internas de orden político y religioso en los últimos cinco años. Además, el aumento de conflictos entre Israel y los grupos Hamas y Hezbolá involucra indirectamente a Irán, que ha sido un patrocinador de estas fuerzas para ampliar su esfera de influencia en la región. Esto explica por qué, cuando los enfrentamientos se recrudecen, también aumenta la incertidumbre sobre qué podría pasar con la oferta de petróleo en Medio Oriente.

Adicionalmente, el bloqueo de Rusia a los mercados internacionales desde la invasión a Ucrania, aunque no ha sido completo y ha permitido el contrabando de petróleo en flotas de tanques, especialmente en los mares de Dinamarca, ha reducido la oferta proveniente de ese país. Como resultado, el precio en los mercados internacionales se había mantenido en niveles superiores a los US$70 por barril después de las fuertes caídas durante la pandemia.

En definitiva, lo que estamos viendo con el reciente aumento en los precios del petróleo no es solo una fluctuación del mercado, sino un recordatorio contundente de cómo las tensiones globales, los conflictos en Medio Oriente y la compleja red de intereses geopolíticos no son problemas distantes; impactan directamente en la economía, bien sea en los precios del combustible o como insumo de producción. Con esto en mente se convierte en una necesidad entender que está pasando más allá del barril.

Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia

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