Con un intercambio comercial que el año pasado llegó a US$ 18.000 millones, Colombia tiene el desafío de diversificar su canasta exportadora al gigante asiático, cuyas firmas ejecutan el Metro de Bogotá y el de la 80 en Medellín, y tienen protagonismo en el sector automotor con marcas como BYD.
En las instalaciones de la japonesa Hino, situadas en el Parque Industrial Potrero Chico, en Cota, todo está listo para ensamblar los buses eléctricos cero emisiones articulados y biarticulados del gigante chino BYD que alimentarían la flota de las nuevas troncales del SITP, gracias a una alianza entre ambas compañías.
La empresa china ya ha realizado pruebas exitosas con sus buses articulados y biarticulados, simulando las condiciones de operación del BRT por las vías troncales del SITP de Bogotá, en un piloto de más de 65,000 kilómetros recorridos con resultados positivos.
La concreción de esta alianza entre la filial de Toyota y BYD supondría una inversión de US$ 500.000, aunque dependerá del proceso de licitación de TransMilenio – cuyos prepliegos ya fueron publicados- que busca adquirir 296 nuevos buses en una primera etapa, y alcanzar 636 vehículos para la fase VI del sistema.
“Estamos listos para ser proveedores de esta flota para las licitaciones que, además de Bogotá, vienen en Barranquilla, Cali, Pereira y Medellín”, dijo a Forbes Juan Luis Mesa, gerente de BYD Colombia. “El 100% de los buses en Shenzhen son eléctricos y el 98% son BYD, y en China hay más de 500.000 buses eléctricos operando”.
Con más de 4,5 millones vehículos de nuevas energías manufacturados y vendidos en el mundo en 2024, BYD es la cara más visible de la creciente presencia del gigante asiático en Colombia, cuyas empresas están ejecutando proyectos de infraestructura de gran envergadura como la primera línea del Metro de Bogotá, a cargo de China Harbour Engineering Company Limited Colombia -CHEC-, y el Metro de la 80 en Medellín gracias a una alianza entre China Railway Construction Company (Crrc) y la firma europea Mota-Engil Portugal), entre otros.
Tan cierto es el interés de las empresas del gigante asiático por crecer e invertir en el país que, a comienzos de diciembre, China Harbour radicó ante la Empresa Metro de Bogotá (EMB), un documento de prefactibilidad correspondiente al proyecto de Asociación Público Privada de Iniciativa Privada (APP-IP) para extender la Línea 1 hasta la calle 100.
El monto total de la inversión -tanto Capex como Opex- se estima en 4,3 billones de pesos (a precios constantes de diciembre de 2023), mientras que el plazo de la APP sería de 19 años y 6 meses, de los cuales 18 meses corresponden a preconstrucción, 3 años de construcción, 14 años y 6 meses de operación y mantenimiento, y 6 meses de reversión a la Empresa Metro de Bogotá.
De concretarse la APP, CHEC pondría los recursos y el alcalde, Carlos Fernando Galán, podría estar adjudicando la extensión de la primera línea hasta la calle 100 este año o en 2026.
Actualmente, China no es solo el segundo socio comercial de Colombia, con un intercambio superior a los US$ 18.000 millones en 2024, sino también una de las principales fuentes de inversión extranjera directa entre 2000 y 2023, con más de US$ 800 millones, según la Embajada de ese país.
“No buscamos desafiar a Estados Unidos ni reemplazar su papel en el mundo”, dijo en una reciente entrevista el embajador de China en Colombia, Zhu Jingyang, quien destacó el interés de los empresarios chinos en el mercado colombiano y en el país como hub de comercio internacional.
“Los empresarios Chinos están esperando con mucha expectativa la entrada de Colombia en la Franja y la Ruta, teniendo en cuenta que su presencia es una muestra de voluntad del país de estar a bordo de esta plataforma internacional y también, simbólicamente, una especie de garantía desde el punto de vista de la política exterior”, señaló.
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El caso de éxito de BYD en Colombia
“Trabajar, trabajar y trabajar”, así resume Juan Luis Mesa, gerente de BYD, la cultura organizacional de los chinos.
“Como marca hemos tenido un año exitoso como se ve en las calles”, explica el directivo de la marca que comercializa sus vehículos de pasajeros a través de un tercero, Motorysa, y cerró 2024 con 4.589 unidades matriculadas, lo que equivale a un crecimiento del 220%, según Fenalco y la Andi.
De cara a 2025 y los próximos años (2026 y 2027), Mesa es más optimista por la licitación de los sistemas de transporte masivo de las principales ciudades y la creciente popularidad de los camiones eléctricos en el segmento de última milla.
“Varios de nuestros vehículos eléctricos en la gama baja y media compiten en precio con los de combustión y tenemos la gran ventaja de menor costo de combustible y mantenimiento y la exención del pico y placa, lo que los hace un producto imbatible”.
Según Mesa, aunque Colombia y China no tienen un TLC ambos gobiernos vienen trabajando en el fortalecimiento de las relaciones comerciales.
“Nuestro producto, los vehículos eléctricos e híbridos enchufables, tienen una posición arancelaria ventajosa y es por eso que se ha dado una dinámica importante aunada a la política del pico y placa en diferentes ciudades, lo que ha reforzado nuestro atractivo ante los consumidores”, señaló.
Coqueteos y retos con el gigante asiático
En una coyuntura en la que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le ha declarado la guerra comercial a sus principales socios, México y Canadá, y amenazó al gobierno colombiano con imponer aranceles del 25%, ante la negativa de éste a recibir deportados en aviones militares, las relaciones comerciales bilaterales con el gigante asiático -establecidas hace 45 años- atraviesan su mejor momento.
En noviembre del año pasado, el aún ministro de Comercio Exterior, Luis Carlos Reyes, además de presentar las oportunidades de inversión en áreas como transición energética y tecnología, visitó plantas de Huawei, BYD, SAIC y el puerto de Yangshan, considerado el más grande del mundo.
Ante estas empresas, Reyes destacó el rol de China como segundo aliado comercial de Colombia y presentó las oportunidades de inversión en el país en áreas como transición energética y tecnología.
Según el funcionario, los empresarios expresaron su interés en fortalecer sus negocios en Colombia y plantearon sus perspectivas y sugerencias, desde la necesidad de políticas de visado más flexibles, hasta mejoras en procesos de registro para agilizar la inversión.
En medio de las crecientes tensiones geopolíticas, el presidente chino, Xi Jinping, participó en la inauguración de la primera etapa del mega puerto de Chancay, construido por Cosco Shipping Ports, uno de los colosos empresariales del Estado chino, con una inversión de US$ 1.300 millones que llegará a US$3.500 millones una vez concluida la segunda etapa.
Según un análisis del Centro de Política de Desarrollo Global de la Universidad de Boston, el comercio entre Latinoamérica y China alcanzó niveles récord en 2022 con exportaciones de 184.000 millones de dólares en mercancías hacia China e importaciones de 265.000 millones de dólares.
En el caso de Colombia, el año pasado las importaciones ascendieron a US$15.841 millones mientras que las ventas externas sumaron US$2.163 millones.
Y aunque no se ha concretado, en octubre del año pasado, el entonces viceministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Jorge Rojas, anunció que Colombia se unirá al plan estratégico de La Franja y La Ruta, el nombre oficial de la Nueva Ruta de la Seda del gigante asiático.
Según Javier Díaz, presidente de Analdex, hacer parte de este gran proyecto, de una de las economías más fuertes del mundo, es vital para conectarnos más con cadenas globales de valor.
“Algunos países de América Latina tienen como principal socio comercial a China y nosotros debemos profundizar en esos intercambios, en especial en las exportaciones de bienes no minero energéticos de Colombia hacia ese mercado”, señaló.
Según un análisis de Analdex, el 73% de las exportaciones de Colombia a China pertenecen a la canasta minero energética, y el petróleo representa el 43,3% de esta participación. Luego siguen carbón, ferroníquel, cobre, oro y esmeraldas sin ensartar o engarzar. Dentro de la canasta de 10 bienes nacionales con mayor dinamismo, se destaca el café que registró una variación de US$40 millones entre enero y julio de 2023, a US$106 millones en el mismo período de 2024.
También se destacan las exportaciones de carne que sumaron 5.784 toneladas hasta noviembre por un monto de US$ 24,8 millones.
La Guajira es el departamento que más exportaciones contabiliza, debido a que el 93,4% del carbón que se exporta a China proviene de allí. Otros departamentos que figuran en la lista son Córdoba, Sucre, Bogotá DC, Antioquia y Atlántico.
Para Diaz, el mercado asiático ofrece enormes oportunidades para Colombia, pero también representa desafíos importantes.
“La clave del éxito ha sido la adaptación a las estrictas normas y exigencias de calidad del consumidor chino, lo que nos ha permitido ganar confianza en sectores clave como el café y ahora el aguacate Hass o el limón Tahití. Sin embargo, es crucial seguir innovando y diversificando nuestra oferta exportadora, mientras fortalecemos las relaciones diplomáticas y comerciales con China para garantizar un crecimiento sostenido”.
En cuanto a inversión, Díaz dijo que “la Franja y la Ruta puede facilitar la llegada de más inversión china al país, en especial en temas no minero energéticos o de energías renovables no convencionales.
Según cifras del Banco de la República, la IED de China en Colombia, en el primer semestre del año pasado, fue de USD 104,5 millones, un 15,4% más que en la primera parte de 2023.
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