El presidente Javier Milei eliminó, luego de 15 años, el 'cepo' que limitaba la compra mensual de dólares en el mercado oficial a un máximo de US$200. ¿Qué viene después?

Después de casi 15 años de controles de capital en el mercado cambiario argentino, el presidente Javier Milei removió el llamado ‘cepo’, una restricción que limitaba la compra mensual de dólares en el mercado oficial a un máximo de US$200. Sin embargo, estas medidas también afectaban operaciones bancarias con divisas, lo que dificultaba su movimiento tanto para importaciones como exportaciones y para los inversionistas. La eliminación de esta restricción se implementará de forma gradual y comenzará con una banda cambiaria: la cotización del dólar en el Mercado Libre de Cambios (MLC) podrá fluctuar entre $1.000 y $1.400, ampliando los límites un 1% mensualmente. Veamos un poco de su historia y las implicaciones de removerlo.

En medio de condiciones económicas cada vez más deterioradas y enfrentando niveles de inflación altísimos, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner inició en 2011 una serie de medidas de control de capitales para proteger al peso argentino de una marcada devaluación, producto de la falta de confianza en la moneda. Esta situación incentivó la demanda de dólares como refugio, inversión y ahorro. En 2015, el presidente Mauricio Macri intentó eliminar el cepo, pero debió reinstaurarlo antes de dejar el poder en 2019. Además, las restricciones se volvieron más estrictas en el gobierno de Fernández, incluyendo medidas como un impuesto del 30% para gastos con tarjetas en moneda extranjera, la obligación de los exportadores de liquidar sus ventas al tipo de cambio oficial, y el pago de retenciones.

Si bien restringir el mercado oficial puede parecer una forma de proteger el poder adquisitivo del peso, también generó efectos no deseados, siendo el más claro el fortalecimiento de mercados paralelos de divisas guiados por la oferta y la demanda, como el denominado dólar blue. Esta situación se asemeja a un río bloqueado por una represa: el agua, inevitablemente, buscará otras vías para fluir.

Desarmar esa “bomba de tiempo” requiere tiempo y varios pasos. Dos medidas clave del gobierno de Milei han sido controlar la inflación —fortaleciendo así el peso— y promover políticas que incentiven a los argentinos a repatriar sus dólares, aumentando la oferta de divisas en la economía. Sin embargo, el punto crucial fue asegurar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por US$20.000 millones, destinado a fortalecer las reservas internacionales y proteger el piso de la banda cambiaria. Cuando la cotización del dólar se acerque al límite superior de $1.400, el Banco Central intervendrá vendiendo divisas para evitar una mayor devaluación.

Aunque estabilizar el mercado cambiario argentino es una meta ambiciosa, podría generar importantes beneficios para el crecimiento económico del país, especialmente para su poderoso sector exportador agrícola y para el desarrollo del yacimiento petrolífero de Vaca Muerta. Todo esto ocurre en un contexto internacional en el que China, en medio de su conflicto comercial con Estados Unidos, podría estar buscando nuevos proveedores de soya. Esto posicionaría a Argentina —el tercer productor mundial— de manera estratégica para aprovechar esas tensiones.

Aunque aún es pronto para saber si este proceso llegará al punto de eliminar por completo las bandas cambiarias y permitir la libre flotación del peso, las señales actuales indican que bloquear los flujos de capital no siempre es la solución más adecuada, ya que puede perjudicar a diversos sectores de la economía. Por ahora, la clave es que Argentina logre atraer flujos de capital de forma autónoma, no sostenida únicamente por el Banco Central o el endeudamiento con el FMI, sino a través del comercio internacional y un renovado atractivo para la inversión extranjera. Esto podría devolver al país un lugar relevante en el escenario económico global, justo en un momento crucial.

Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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