Estudios indican que las mujeres son 42% menos  propensas a iniciar un negocio después de ser mamás. ¿Existe realmente el dilema entre ser empresarias y tener hijos?

Con la llegada del Día de la Madre, es imposible no traer a esta columna una  reflexión sobre los múltiples roles que asumimos las mujeres y las barreras que,  increíblemente, seguimos enfrentando en pleno 2025. Las fundadoras aún deben  lidiar con prejuicios que cuestionan su capacidad de liderar una empresa mientras  crían hijos.  

En un artículo reciente de Motherly, se destaca que las mujeres son 42% menos  propensas a iniciar un negocio después de ser mamás. Menos del 3% del capital de  riesgo se destina a equipos fundados por mujeres, y el embarazo puede disminuir  aún más esas probabilidades. Incluso en startups con trayectoria demostrada, las  founders enfrentan cuestionamientos sobre cómo la maternidad afectará su negocio.  Preguntas que no suelen hacerles a padres founders.  

Algunas voces influyentes han reforzado estereotipos dañinos. Por ejemplo, Emma  Grede, CEO de Skims, afirmó que el equilibrio entre trabajo y vida personal es  responsabilidad del empleado, no del empleador, y que esperar flexibilidad es una  señal de alerta. Es preocupante como este tipo de discurso castiga, a quienes buscan  modelos de trabajo más balanceados. Al etiquetar la necesidad de flexibilidad como  una “advertencia”, se refuerza el sesgo de que las madres y, en general, quienes  priorizan su vida personal son un “riesgo” profesional, menos comprometidas o  menos capaces.  

Elon Musk y Jeff Bezos también han minimizado la importancia de los límites entre  trabajo y vida personal, promoviendo una cultura de trabajo sin descanso. Estas  posturas ignoran las realidades y perpetúan un modelo de éxito inalcanzable para  muchos. Musk, promueve semanas laborales de más de 80 horas. Bezos, por su parte,  ha romantizado la cultura del “always on”, donde la productividad se mide en  términos de sacrificio y agotamiento.  

El problema con estas declaraciones no es solo que sean poco realistas para la  mayoría de las personas; es que construyen un ideal de éxito profundamente  excluyente desde el privilegio. ¿Pero qué pasa con quienes no tienen privilegios?  ¿Con quienes, además de liderar empresas, crían hijos, cuidan familiares o  simplemente valoran su salud mental? Este modelo de “éxito” es directamente 

incompatible con las realidades de muchas mujeres, en especial, de las madres  founders, que no pueden ni quieren renunciar a su vida personal y familiar.  

Existe también una forma de sesgo menos evidente pero igualmente limitante: la  condescendencia disfrazada de halago. Como fundadora y madre de dos hijos, he  perdido la cuenta de las veces que hombres, muchos de ellos también padres, me  han dicho frases como “debe ser una locura tener un startup con dos hijos”.  

Estas frases, que pretenden ser muestras de admiración, en realidad refuerzan la idea  de que la maternidad y el liderazgo son esferas opuestas. Lo más revelador es que  rara vez esas mismas personas se cuestionan cómo ellos, siendo padres, logran  liderar empresas. Esta condescendencia no solo es innecesaria, es una forma sutil de  recordarnos que, nuestro esfuerzo siempre será visto como algo extraordinario.  

A pesar de los desafíos, muchas mujeres han demostrado que es posible combinar la  maternidad con el liderazgo empresarial. Noura Sakkijha, cofundadora y CEO de  Mejuri, recaudó $23 millones para su empresa de joyería mientras estaba  embarazada de siete meses con gemelos.  

Un ejemplo emblemático en América Latina es Cristina Junqueira, cofundadora de  Nubank, quien demostró que la maternidad no es un obstáculo para liderar una de  las startups más exitosas de la región. Durante el mayor periodo de crecimiento de la  empresa, no solo asumió su rol de madre, sino que lo visibilizó públicamente,  apareciendo embarazada en campañas de la propia compañía. Su historia es una  declaración: no es necesario renunciar a la maternidad para liderar con éxito, y  romper esos estigmas es parte fundamental de construir un nuevo modelo de  liderazgo.  

No hablo solo de casos ajenos. En pleno 2020, mientras yo estaba embarazada de mi  primer hijo, logré cerrar una ronda de inversión por 2.3 millones de dólares para  Symplifica. Estoy convencida de que uno de los factores que facilitó la conversación  fue que nos enfocamos en fondos de impacto, donde el discurso de liderazgo  diverso y balanceado encuentra mayor eco. Además, contar con un cofundador  dispuesto a liderar activamente durante mi licencia de maternidad ofrecía a los  inversionistas una “certeza” que, siendo realistas, muchos necesitan cuando una  founder está por convertirse en madre.  

Para avanzar hacia un ecosistema más inclusivo, es esencial redefinir el éxito, valorar  modelos de liderazgo que integren la vida personal y profesional, reconociendo que  la productividad no se mide solo en horas trabajadas. Apoyar políticas inclusivas,  fomentar prácticas empresariales que consideren las necesidades de las madres, como horarios flexibles y licencias de maternidad adecuadas. Visibilizar historias  diversas, compartir narrativas de madres fundadoras exitosas para inspirar y  normalizar su presencia en el ecosistema startup.  

Founder o mamá, ejecutiva o mamá. Nos han hecho creer que debemos elegir, pero  esa es la gran mentira que debemos derribar.  

La maternidad no es un obstáculo para emprender o trabajar, y emprender no  debería ser incompatible con criar. Lo que verdaderamente debe cambiar no son  nuestras aspiraciones, sino los sistemas y las narrativas que siguen haciéndonos sentir  culpables por querer ejercer ambos roles con plenitud.  

El falso dilema no está en nosotras. Se puede liderar una compañía y, al mismo  tiempo, liderar una familia. Y no solo es posible. Es urgente, necesario y, sobre todo,  absolutamente legítimo.  No es founder o mamá. Es founder y mamá. Y ese “y” es el acto de libertad más  poderoso que podemos encarnar.

Contacto:
LinkedIn:Salua García Fakih
Twitter: @Saluagf
*La autora es Cofundadora de la plataforma Symplifica, que trabaja por lograr la formalización de los empleados del hogar en Latam. En su instagram @saluagarciafakih promueve el emprendimiento y comparte sobre su experiencia como emprendedora. Cuenta con un Máster en Emprendimiento e Innovación de la Universidad del Rosario, Máster en Liderazgo de EADA Barcelona y es Especialista en Marketing de EAFIT.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

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