Estudios deralan que 6 de cada 10 colombianos estarían viviendo con los recursos presentes y muchos gastan sin preocuparse por el mañana. ¿Cómo sacarle mejor provecho al dinero?

Salvo poca excepciones, la mayoría de personas siempre quieren tener más dinero, esperan ingresos mayores y sueñan con comprar, viajar y tener más pertenencias.

Si usted es de esos ciudadanos que no se ha ganado una lotería, no ha recibido una millonaria herencia o sus ingresos son menores frente a sus expectativas, seguramente debe hacer “gimnasia financiera”, para hacer rendir su dinero y, ojalá,  ahorrarlo y ponerlo a rentar para acumular un capital que, con el tiempo, le permita escapar a las afugias económicas y vivir sin deudas. 

Diferentes estudios señalan que menos del 40% de los colombianos ahorra y tienen unos hábitos financieros para enfrentar imprevistos (accidentes, enfermedades…), planear viajes, compras o estudios, entre otras inversiones. Esto es, 6 de cada 10 colombianos estarían viviendo con los recursos presentes y muchos gastan sin preocuparse por el mañana.

Ahorrar y planear un futuro financiero es posible, incluso para quienes tienen bajos ingresos. Los recursos no sólo deben medirse por cuánto dinero ingresa (salarios, honorarios, arriendos, intereses, dividendos…), sino también por cuánto se gasta (en deudas, gastos de subsistencia, lujos, caprichos y estudio…) y la forma como inteligentemente, o no, se usa el sobrante, si lo hay.

Es cuestión de disciplina. No hay que darse por vencido. Les invito a seguir estas 10 recomendaciones o consejos financieros que toda persona debería aplicar en su vida diaria para “estirar” su dinero. No le garantizo que esto le hará rico, pero sí le aseguro que evitará que caiga en la pobreza material.

  1. Prioridad, pagar las deudas que generan intereses. Estos enriquecen a quien los recibe, pero afecta el bolsillo de quien paga. Si la deuda es grande o de muy largo plazo, siempre busque la forma de renegociar menos tiempo o menos intereses, para que pueda ver pronto luz al final del túnel.
  2. Defina su filosofía frente al dinero. Evalúe, por ejemplo: ¿Hasta dónde puede comprometerse al adquirir un compromiso financiero?, ¿cuánto está dispuesto a arriesgar en una inversión o un préstamo, en caso de que este falle?, ¿cuáles son las compras, inversiones o gastos que, sí o sí, debe hacer, y cómo debe optimizar el dinero que eso le demanda?, y ¿a qué monto de ahorro quiere llegar en el corto, mediano y largo plazo?
  3. Cuide los gastos hormiga o esas compras recurrentes, de aparente menor valor, que hace sin que sean esenciales, pero que afectan su bolsillo. De peso en peso se construye un capital. Calcule: ¿Cuánto dinero podría ahorrarse si se toma un café en su casa u oficina en vez de hacerlo en el comercio; si evita tomar taxi recurrentemente; si evita pagar domicilios, o si paga suscripciones a diferentes servicios, que usa muy poco, entre otros?
  4. No a las compras superfluas. Evalúe si realmente vale la pena hacer todas las compras que tiene programadas. ¿un celular más caro, otra prenda de vestir de las que ya tiene muchas, ir a ese costoso restaurante, viajar a la playa..?
  5. No gaste primero y luego ahorre. Quienes han construido un futuro financiero primero reservan el dinero del ahorro y luego gastan. Así, se obligan a organizar sus cuentas y evitan incurrir en gastos innecesarios. Para ello es esencial, antes, definir un propósito de cuánto, en qué condiciones y para qué quiere ahorrar.
  6. Manténgase en “cacería” de mejores precios y descuentos. La rapidez, cercanía y comodidad para adquirir bienes y servicios muchas veces cuesta más. Salvo algunos muy especializados o marcas que le den total seguridad y tranquilidad, la gran mayoría de productos de la canasta familiar, vestuario, diversiones y artículos de tecnología, entre otros, se encuentran en el comercio en la más amplia variedad de ofertas y de costos. Saber buscar los mejores precios, así como aprovechar las promociones (2 x 1, descuento en la segunda unidad, reducción por pronto pago…) ayudan a economizar dinero, siempre y cuando el bien o servicio adquirido realmente se necesite y no se caiga en la trampa del mercado de motivar la compra de algo que, si no estuviera en promoción, no se compraría.
  7. Ponga a trabajar el dinero que ahorra. Guardar el dinero debajo del colchón (o cualquier otro “rincón secreto”) es un mal negocio. Se desvaloriza y es inseguro. Si Usted esconde un millón de pesos en su casa y los saca un año después, en billetes mantiene el mismo millón, pero en términos reales puede comprar menos cosas que un año atrás. Busque instrumentos financieros que le den rentabilidad, ojalá por encima de la inflación.
  8. No ponga todos los huevos en la misma canasta. Distribuya entre varias opciones los recursos a ahorrar para evitar el riesgo de pérdida: Que el banco incumpla; que la moneda extranjera (como el dólar) caiga fuertemente; que las acciones se desvaloricen; que el amigo al que le presta no tenga cómo pagarle o se pierda; o que el terreno o la propiedad deseada sufra un siniestro, entre otros.
  9. Analice en detalle las condiciones o términos financieros de sus inversiones o compromisos. Cuántos intereses le ofrecen o debe pagar, qué descuentos le hacen, en qué periodo o cómo puede aportar o retirar dinero. Entender y, sobre todo, saber renegociar estas condiciones o buscar planes alternativos (por ejemplo, disminuir el interés de un crédito hipotecario) puede significar un importante ahorro.
  10. Cuidado con las promesas encantadoras. Muchos de quienes han perdido sus recursos en las llamadas pirámides, con inversionistas que se vuelan sin dejar rastro, concesionarios que cierran de un momento a otro, o empresas que captan dinero con la promesa de enormes intereses para sus ahorradores, no han sido prudentes en evaluar los términos, no han confrontado la información con entidades de control y se han dejado obnubilar con ofertas de beneficios, intereses y ganancias muy por encima de lo que el promedio del mercado ofrece.

Finalmente, nunca olvide el consejo de los mayores: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Independientemente de nuestra situación financiera, revisar los hábitos de consumo y gasto y replantear el uso del dinero, es el primer gran paso para edificar un futuro financiero más tranquilo que el presente.

Por: Jaime Alberto Leal Afanador*
*El autor es rector de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad).

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.   

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