Los beneficios de que gozan las inversiones sostenibles son incentivos interesantes para llegar a estos mercados, pero ya cuentan con matices más amplios que aún se deben explorar.

La descarbonización requerirá importantes inversiones nuevas y las plantas tendrán que encontrar nuevos lugares para ubicarse. Esta podría ser una gran oportunidad para cualquier país, pero para evaluarla, se debe comprender el panorama cambiante. Así hay que ver las inversiones verdes para 2023.
Al menos así lo analiza el profesor de Economía del Desarrollo en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann, que a su vez detalló que estas incertidumbres serán resueltas por aquellos países que desempeñen un papel activo y dominen las capacidades que sustentarán su futura ventaja comparativa.
“No sabemos qué tecnologías impulsarán la economía global baja en carbono o qué materiales y capacidades de fabricación necesitarán, ni qué regímenes regulatorios adoptará el mundo, y mucho menos qué tipo de cooperación o conflicto caracterizará las relaciones entre los mayores emisores”, añadió.
Si bien las estrategias sostenibles generalistas satisfacen algunas necesidades de los inversores, algunos actores han observando un mayor interés en soluciones específicas para el cambio climático, tendencia que podría cobrar impulso y complejidad con el creciente número de oportunidades que se están presentando.
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“Las tendencias en los flujos de activos y la importancia que se está dando a la descarbonización y al net zero en nuestras conversaciones demuestra claramente que los temas de sostenibilidad, las asignaciones de inversión y los rendimientos serán temas importantes en los próximos años“, dijo el jefe de cartera para EMEA de Janus Henderson, Matthew Bullock.
A juicio de Hausmann, los seis puntos específicos que pueden configurar una estratégia de inversión exitosa desde la sostenibilidad se resumen en adoptar la electrificación global, aprovechar la proximidad a las energías renovables, mantener bajo el costo de capital, gestionar los riesgos tecnológicos, explorar sumideros de carbono y no cerrarse al aprendizaje.
Bullock hizo énfasis en explorar inversiones de adaptación para equilibrar las soluciones más centradas en la tecnología y las renovables, así como en elegir gestores de fondos que se comprometan activamente e influyan en las empresas mediante estrategias de voto por delegación.
El ejecutivo también sostuvo que, a medida que se acelera la descarbonización a nivel global, las oportunidades de inversión especializadas y competitivas apuntan concretamente a las emisiones de carbono, recursos naturales, tecnología, crédito titulizado e inmuebles.
Sin embargo, señaló que las inversiones titulizadas no se libran de los problemas relacionados con la cobertura, la calidad y la transparencia de los datos relativos a los esfuerzos de las organizaciones para alcanzar la neutralidad cero de las organizaciones. Debido a su compleja estructura jurídica, estos activos requieren múltiples niveles de debida diligencia por parte del inversor para evaluar la huella de carbono en los distintos niveles del proceso de titulización.
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“En un mercado que funcione bien, los precios del carbono deberían igualarse a nivel mundial porque la atmósfera es global. Pero los mercados no pueden confiar en que el carbono capturado por los árboles este año no volverá a la atmósfera el próximo año cuando alguien limpie la tierra para el ganado. Por esta razón, sus créditos de carbono se negocian con un gran descuento, si es que lo hacen. Necesita desarrollar las instituciones para créditos de carbono creíbles”, añadió Hausmann.
Un ejemplo alternativo para obtener fuentes de ingreso en este caso son los costos eludidos, que se definen como aquellos costos que se materializan por daños producto del cambio climático que pueden ser evitados, como inundaciones, sequías, incendios; o de naturaleza regulatoria como los impuestos al carbono. Esas son fuentes de inversiones verdes para 2023.
En ese sentido, como todo tipo de inversión, la rentabilidad de invertir en actividades relacionadas con la naturaleza dependerá del sector y riesgo. No obstante, la directora de Relaciones de Gobierno y Asuntos Internacionales para Colombia del Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés), Ximena Barrera, destacó que un número cada vez mayor de instituciones financieras, organizaciones de conservación, administradores de activos e inversiones han comenzado a promover o invertir en productos del mercado verde o ecológico.
Esto es fundamental, considerando que el Foro Económico Mundial estimó que una transición sostenible en tres sectores clave (alimentos, uso de la tierra y océanos, infraestructura y entorno construido, y energía y extractivas) requeriría una inversión de capital de alrededor de US$2,7 billones anuales, pero podría generar US$10,1 billones en oportunidades comerciales anuales y 395 millones de puestos de trabajo para 2030, mejorando los medios de subsistencia y aumentando la resiliencia de las comunidades de todo el mundo.
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Hausmann concordó con estos esfuerzos, argumentando que sería un grave error no considerar la crisis climática como un aspecto importante de las inversiones a futuro. Para el académico, el cambio se está extendiendo por la economía mundial a medida que los países reconocen que el mundo debe reducir drásticamente las emisiones para evitar una catástrofe. “La descarbonización reducirá la demanda de bienes y servicios sucios y aumentará la demanda de aquellos que son más limpios y ecológicos”, dijo.
De acuerdo con Herrera, dichos esfuerzos también pueden tener un impacto significativo en la biodiversidad. Es por ello que el WWF anunció en Davos un Filtro de Riesgo de Biodiversidad, primera herramienta en línea gratuita para ayudar a las empresas e instituciones financieras a identificar y tomar medidas sobre riesgos relacionados con la biodiversidad en operaciones, cadenas de valor e inversiones.
“Esperamos que la herramienta ayude al sector privado a desarrollar operaciones comerciales e inversiones sostenibles que respalden la alineación de los compromisos de sostenibilidad de las empresas y las instituciones financieras con los marcos globales”, explicó la directiva, destacando la influencia de actores como el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras relacionadas con la Naturaleza (TNFD), Science-Based Targets Network (SBTN) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Para los expertos consultados por Forbes, existe un consenso creciente de que no solo debemos detener la destrucción en curso del mundo natural, sino también cambiar nuestras economías y sociedades para que existan en armonía con la naturaleza. Ese es el panorama de las inversiones verdes para 2023.
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