Las trabas del sistema financiero, sobre todo en casos como el envío y la recepción de remesas, han posiconado a las stablecoins como un actor que llega a resolver el problema.
La inflación en América Latina sigue estando por las nubes. El peor caso es el de Venezuela, que si bien tiene el indicador controlado frente a hace unos años, hoy está a 398%, pero por otro lado, Argentina ha incrementado hasta 124%. En el caso de Colombia, lejos de dichas cifras, preocupa que aún se mantenga a doble dígito después de dos años de política contracíclica.
Esto impacta drásticamente en el costo de vida de la población, pues dificulta el acceso a préstamos por las tasas de interés. Es ahí cuando la gente llega a las criptomonedas, que se han posicionado como la última opción cuando el sistema financiero no atiende a las personas o no tienen acceso, pero aún falta mucho por mejorar.
“Para tener una alta adopción de criptomonedas, se requiere una combinación de inflación con prohibición, pero en los últimos años esa prohibición no ha sido necesaria. El problema es la volatilidad, y para este tipo de personas Bitcoin no es la alternativa, sino para alguien que pueda pensar en el largo plazo”, dijo el CEO de Tropykus y de Blockchain Colombia, Mauricio Tovar, durante la séptima edición del Blockchain Summit Latam, que se celebró en Bogotá.
Pese a ello, Latinoamérica ha tenido un nivel de adopción alto debido al tema inflacionario. Y es que las empresas buscan inmediatez y cobertura, pagos transfronterizos rápidos y de bajo costo, y el temor de perder oportunidades hace que se acerquen al cripto como herramienta para tomar grandes negocios, según el Operations and Sales Manager de Bitso para Colombia, Fabian Vidal. Aun así, la falta de claridad en la alineación con las entidades regulatorias ha fallado a la hora de brindar un entorno de confianza tanto en Colombia como a nivel regional.
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A esto se le suma un problema adicional a nivel regulatorio, y es que a pesar de que este tipo de iniciativas han ayudado a proteger al consumidor, han ocurrido varios desfalcos y malos manejos a nivel mundial que han destruido los fondos de los usuarios, como en el caso de FTX, cuyo juicio por fraude arrancó ayer. Es ahí donde los actores del sector se cuestionan qué tan positiva va a ser la regulación frente a un sistema que no funciona del todo bien.
Para el product manager de Bitrefill, Alejandro Pacheco, los países no han sido tan efectivos en abordar estafas y esquemas piramidales, y es un área que se extiende al ecosistema cripto. El hecho de que la industria exista puede hacer que algunas cosas se amplifiquen y se vuelvan más sofisticadas a la hora de atacar este flagelo. Para eso están las regulaciones, pero es complicado si el Estado no tiene éxito.
“Hay mucha desconfianza, desconcierto e inestabilidad económica en la mayoría de países frente a un sistema financiero que ha ido fallando con el tiempo. Siempre buscamos una manera diferente de hacer las cosas (…) ¿Hasta dónde ayudó la regulación en el caso de FTX? Hacer auto custodia y usar los productos que existen”, explicó la CEO de Bitcoin Embassy Bar, Lorena Ortíz.
A la fecha, Binance asegura ser el exchange más regulado del mundo al contar con 18 licencias operativas, siendo El Salvador la más reciente al obtenerla hace mes y medio. Actualmente, el exchange opera en 180 países y aboga por la ‘regulación responsable’ que proteja al consumidor y de un mercado balanceado, de acuerdo con el general manager para Colombia, Centroamérica y el Caribe, Daniel Acosta.
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“A los reguladores les da miedo este mundo al no conocer de él, la velocidad de las decisiones y una curva de aprendizaje lenta frente a los cambios de las criptomonedas. El mayor reto es la velocidad y la educación para que se cree una ley cripto pronto, más aún si 2024 apunta para un mercado alcista“, añadió el ejecutivo.
Los expertos coinciden en que la voluntad de los diferentes gobiernos en todo el mundo a la hora de crear una ley cripto reconoce, al menos de manera tácita, el “rol fundamental” que puede jugar en materia de inclusión financiera, pero como industria aún está el reto de simplificar la experiencia del usuario. Con esto en mente, el foco está en desarrollar productos que den acceso a dólares y a recibir remesas con inmediatez, aspectos que no se ven en otros sectores.
De acuerdo con Ortíz, las remesas son un factor del que depende mucho la economía latinoamericana. El problema es que, al recibir una gran cantidad de EE.UU. y Europa, debemos pagar 5,5% por ellas. Por otro lado, la mayoría de quienes optan por las criptomonedas para recibir remesas ya tiene conocimiento sobre cómo funcionan las transferencias, aunque aún deben combatir la dependencia del dólar y la dificultad de acceso a estas herramientas. Eso nos lleva a los stablecoins y al Bitcoin.
Cabe resaltar que, en 2022, hasta 41% de población latinoamericana adulta no tenía acceso a una cuenta bancaria según el Banco Mundial, lo que se debe a falta de acceso a lugares remotos. “Con cripto, solo necesita acceso a internet para tener una billetera digital o una cuenta de ahorros, además de reducir intermediarios en la recepción de remesas”, agregó Acosta.
El auge de las stablecoins
Un país que ya logró avances significativos en este aspecto es Brasil, que ya tiene 24.000 cajeros disponibles donde ya se pueden hacer cambios directamente con USDC. “Para recibir plata todo se debe hacer con SWIFT, y el sistema financiero pone muchas trabas para ello. Las stablecoins llegan a resolver eso, sobre todo en países que tienen problemas de acceso al sistema”, dijo el CEO de SmartPay Serviços Digitais, Rocelo Lopes.
¿Cuál fue el punto clave para ello? Observar la programabilidad del dinero con las stablecoins. No obstante, el directivo reiteró que, para hacer más, se necesita buena regulación y tener más seguridad. Y es que, a pesar de que hacer conversión de reales a USDC genera temor de posibles hackeos, el Banco Central ya está empezando a abordar esto.
Adicionalmente, Lopes destacó que el uso de stablecoins ha generado que el sistema de pagos PIX ya tenga proyección internacional y, por ende, se puedan habilitar puente para recibir dinero de otros países, pero nuevamente apuntó a la regulación para habilitar esta alternativa.
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Incluso, es necesario analizar cuál es el uso el servicio que da una moneda en particular, según el CEO & Co Founder de Num Finance, Agustín Liserra. “Lo que hace es darle crédito a otra persona o entidad, y en el caso de las stablecoins, las varias facetas apuntan a la posibilidad de segregar esas funcionalidades y ser una máquina de crédito o apalancamiento en la blockchain“, subrayó.
De ahí que la necesidad de una stablecoin local difiera según el mercado y lo que este requiera. En Colombia, su utilidad es mucho más transaccional, por lo que la gestión debe ser más conservadora que la banca tradicional. En casos como esos, una buena regulación permite proteger a los usuarios, haciendo que las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC por sus siglas en inglés) funcionen como una layer primitiva para hacer transacciones internacionales de manera instantánea.
“Cuando exista cierta regulación, va a hacer más credibilidad y adopción. Hay que esperar que los bancos centrales sean pro tokenización de activos financieros para que esto se afiance aún más. Sea un caso exitoso o no, crea un mecanismo que puede forzar a los reguladores para pensar un poco más en el blockchain“, señaló el gerente general de Paxos para America Latina, Arnoldo Reyes.
Acceso institucional
Con todo lo dicho anteriormente, hay una hipótesis clara: no se sabe cómo jugar ni las reglas del juego. Para lograrlo, el reto no resuelto es la educación, factor del que depende la base de usuarios. De ahí que, como parte del estado del arte de la industria, los bancos busquen hacer más partnerships con empresas cripto, e instituciones como Blackrock, Vanguard y Smart Street abran la posibilidad para que el tema de la regulación ayude a aumentar los servicio de custodia a los usuarios.
“Al corporate lo detiene que no hay nada de donde agarrarse en caso de que pase algo. Es un tema de desconfianza. El respaldo técnico también es importante porque la gestión de riesgo depende de ello“, aseguró la Growth officer and Business Developer de BingX, Karen Nieves.
No obstante, herramientas como el blockchain han ayudado a que la trazabilidad de las transacciones con criptomonedas “sea perfecta”, a juicio del vicepresidente global de Ripio, Matías Dajcz. Para el directivo, depende de los actores de la industria hacer esto exponencial para que la adopción cripto en América Latina aumente.
“Lo que hubiese sido de países como Argentina y Venezuela sin cripto es que se habrían buscado otro tipo de soluciones. En los últimos 10 años, las criptomonedas fueron la herramienta para ese tipo de problema. Los arbitrajes a través de activos digitales encuentran muchas oportunidades, y estamos viendo que cripto va a ser un commodity. De ahí la prisa en implementar soluciones”, dijo.
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Bajo esta perspectiva, no es de extrañar que en Colombia se haya configurado una alianza entre la industria cripto y los principales actores del sector macroeconómico para armar una regulación entre todos, teniendo en cuenta los conceptos negativos del Banco de la República y el Ministerio de Hacienda frente al proyecto de ley 139.
Si bien dicha iniciativa logró alinear a toda la industria con un borrador que empezó a tener tracción en el Congreso, llevando a que el gobierno se acercara al ver el paso a tercer debate, dejó la sensación de que se necesitaban reglas más claras y detalladas que, al mismo tiempo, protejan al usuario y tengan principios base para operar.
Para cuando el proyecto llegó al cuarto debate en plenaria del Senado de la República, era séptimo en el orden del dia frente a un total 100 proyectos. Si llegaba a debatirse, había dos posibilidades: un triunfo que validaba el trabajo de seis meses en el Congreso, aunque con un proyecto con varios temas que resolver, o Colombia le decia no a las cripto.
“Cualquier cosa podia ser nociva para la industria. Por ello se sentaron todos los actores involucrados y, como industria, convencieron a los ponentes de no debatir, pero debia haber una manifestación pública de que el Gobierno estaba interesado en regular las criptomonedas. Fue en la Convención Bancaria donde el ministro de Hacienda dijo que querían hacerlo”, comentó el presidente de Colombia Fintech, Gabriel Santos, quien fungió como congresista durante los primeros debates del proyecto 139.
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No obstante, cabe aclarar que el monitoreo del sector macro a las cripto lleva al menos un lustro, pues la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) comienza a monitorear todo lo que pasa en la industria de activos digitales desde 2018. Es en ese momento cuando se dan a la tarea de que la regulación se haga necesaria de cara a aclarar cuál es el marco jurídico en el que podían operar.
Asimismo, el country manager de Buda.com, Alejandro Beltrán, resaltó que, con la carta circular emitida por la SFC en 2016, la conclusión que quedó para los bancos era que no podían tener relación con empresas cripto. Tres años después, el proyecto 139 que impulsó el entonces representante a la Cámara por la Alianza Verde, Mauricio Toro, logró dos objetivos: garantías al usuario final y claridad jurídica.
Para la consultora en ciberseguridad y cripto, Juanita Rodríguez Kattah, hay optimismo frente a la actitud del Gobierno al alinear a las entidades del Estado en entender que hay un fenómeno en materia de activos digitales. Por ello, era necesario conversar con los políticos como industria, aunque reconoce que “hemos sido ineficientes para generar una conciencia en el Congreso”.
Por ahora, cada uno de los involucrados está a la expectativa de lo que pueda suceder, tanto en Colombia como en la región, para saber a ciencia cierta que opciones dan las criptomonedas a las economías de las 19 naciones latinoamericanas. Hasta el momento, el potencial para resolver algunos cuellos de botella está más que claro, pero la verdadera cuestión es cómo alcanzar a la población más alejada. Solo entonces se podrá argumentar que las cripto pueden lograr un impacto masivo y significativo.