Carlos Fernando Galán está a casi un mes de asumir el mando de la capital del país por los próximos cuatro años, y es consciente de que hay muchos temas en los que debe trabajar para poner la casa en orden. En charla con Forbes Colombia, habló de sus planes para asegurar la primera línea del Metro de Bogotá, sus estrategias para sanear las finanzas de la ciudad y las estrategias que elaboró para proteger a la ciudad de potenciales efectos negativos que surjan de las reformas que planea llevar a cabo el gobierno central.

Son las 10:40 a.m. en el Palacio de Liévano. El alcalde electo de Bogotá, Carlos Fernando Galán, apenas y tiene tiempo para desayunar, pues le espera una jornada larga en medio del proceso de empalme, que arranca la primera sesión del día a las 11:30 a.m. y tiene pinta de alargarse indefinidamente. Pide una sala para sentarse tranquilo y revisar su celular antes de abordar su agenda por completo. Su equipo cuenta que en ocasiones llega a tener hasta 3.500 mensajes en su chat, pero siempre tiene tiempo para leerlos todos, o al menos la mayoría.

Pocos minutos después, le traen a la sala un plato de fruta, una canasta de pan y un cappuccino al que le da su primer sorbo antes de entrar de lleno a la entrevista que concedió al equipo de Forbes Colombia días después de obtener un triunfo que todavía no acaba de digerir, pues confesó que esos casi 1,5 millones de votos que obtuvo el pasado 29 de octubre representan una cifra que no cruzó su mente ni en la proyección más optimista.

“No pensaba una ventaja tan grande. Sí veía una posibilidad de ganar en primera vuelta faltando unos 15 días para las elecciones, pero creo que en ese tiempo hubo mucha gente que se decidió y marcó esa diferencia (…) Es un gran resultado y una gran felicidad, pero también una inmensa responsabilidad que nos obliga a cumplir lo que planteamos, pero también a entender cómo podemos responderle a todo ese electorado y a toda Bogotá, incluyendo a los que no votaron por nosotros”, dijo.

Cortesía: Campaña Carlos Fernando Galán

Al tratar de entender las razones de su triunfo, sobre todo después de tres intentos de aspirar al segundo cargo político más importante del país, argumenta que la ciudad se dio cuenta de su persistencia y de la necesidad de un liderazgo que realmente quiera trabajar desde la Alcaldía de Bogotá, sobre todo en un momento donde la ciudad enfrenta una crisis grave desde las instituciones y una frustración por muchos problemas que, en vez de resolverse, se agravan aún más, como la inseguridad, el hambre y la inflación, por mencionar algunos.

Para Galán, comprender los procesos exitosos que ha tenido la ciudad, así como las frustraciones de los ciudadanos alrededor de lo que no ha salido bien, le ha ayudado a conocer más “lo que hay, lo que puede haber y qué se puede hacer”. A su juicio, ese aprendizaje viene de haber aspirado a la alcaldía en tres ocasiones (2011, 2019 y 2023), además de haber sido concejal en dos periodos, entre 2008 y 2011 y entre 2019 y 2021. Todo lo anterior, según él, le dio una perspectiva diferente sobre cómo abordar la ciudad, pero, más importante aún, con quién.

Basta con observar su campaña de 2019 y la actual. Mientras que en la primera se movió casi en solitario, este año convocó a personalidades de sectores diversos que se han destacado por su excelencia: cabe mencionar al experto en derechos humanos, Carlos Vicente de Roux; los exministros de Salud, Fernando Ruiz y Alejandro Gaviria; el cofundador y chief future officer (CFO) de PROtalento, Juan David Aristizábal; además de la chef Leonor Espinosa. Galán entendió que debía reconocer actores que conocen, que juegan un rol y que quieran aportar a la ciudad, no solo desde instancias políticas, sino también académicas, gremiales y del sector privado. Ahí cambió todo.

No obstante, el nuevo alcalde entiende que una cosa es convocar, pero otra muy distinta es gobernar, e incluso ejecutar. Con retos tan grandes como los que tiene Bogotá, sabe que no puede darse el lujo de perder tiempo, menos al inicio de su gobierno, pues cada minuto que pasa puede ser definitivo para entregar resultados. En parte por ello agradece haber logrado el triunfo en primera vuelta, escenario que le ha dado tres semanas más de trabajo en el proceso de empalme. Aun así, pese a haber sido concejal en dos oportunidades y haber pasado por el Senado de la República entre 2014 y 2018, hay varias dudas que todavía permanecen en el electorado… ¿Será capaz de manejar un presupuesto? ¿Podrá llevar a cabo proyectos estructurales que puedan impactar a la nación? ¿Tendrá la capacidad de liderar?

Lo que ha hecho y lo que hará

Galán entiende esa preocupación frente a la política en general, sobre todo cuando se trata de figuras que llegan a manejar ciudades luego de haber ejercido labores de control político principalmente. Sin embargo, enmarcó la posibilidad de que no hay conocimiento de cosas que ya ha hecho y que, a su criterio, no se visibilizaron mucho. Una de ellas fue su rol como secretario de Transparencia entre 2012 y 2013, durante el gobierno de Juan Manuel Santos.

“Ahí tuve la oportunidad de conseguir recursos para las políticas anticorrupción, no solamente desde el Gobierno nacional, sino también desde la Fiscalía, Procuraduría, Contraloría e inclusive la Rama Judicial. Yo llegué con un presupuesto realmente ínfimo, de unos $600 millones, pero me puse la tarea de multiplicar eso y llegamos a una cifra superior a $100.000 millones, no ejecutada directamente desde la Secretaría, pero coordinando en diferentes entidades del Estado”, dijo.

En dicho cargo, también tuvo la responsabilidad de liderar la designación, vigilancia y control de todas las entidades del orden nacional. Para entonces, la Ley 1474 de 2011, también conocida como el ‘estatuto anticorrupción’, detallaba que todos los jefes de control interno de dichas instituciones debían ser designados por el presidente de la República, y por decisión de Santos en ese momento, se hizo un proceso distinto de selección de esos candidatos mediante convocatorias públicas y apoyo de estancias externas que llevaron a la designación de 150 personas que, en cierta forma, vigilaban el cumplimiento de los procesos de gestión en todas las entidades del Estado a nivel nacional. Todos estaban bajo su coordinación.

Galán también confía en el valor agregado que le da el hecho de “conocer el distrito como lo conozco”. Justo en ese punto encontró una coincidencia con el exministro de Defensa, Diego Molano, quien también fue concejal de Bogotá entre 2016 y 2019, y es que ambos consideran que, para ser alcalde de la capital, un requisito indispensable apunta a haber pasado por el Concejo gracias al conocimiento que da la institución. En el caso del alcalde electo, su participación le llevó a intervenir activamente en unos 1.500 debates entre sus dos periodos.

Carlos Fernando Galán y Diego Molano – Cortesía: X (@CarlosFGalan)

Pero más importante que la experiencia y los logros del pasado, Galán tiene claro que su mayor reto es saber cómo rodearse para afrontar su cuatrienio, y aquí es dónde estará el foco principal de sus acciones en las semanas venideras: reclutar a los mejores, le hayan apoyado o no. La decisión no será fácil, pues no solo depende del conocimiento y expertise de los perfiles que considere para su gabinete, sino de la capacidad política y liderazgo que tengan, además de que cuenten con “una visión clara sobre lo que hay que hacer en cada sector, me ayuden a sacar adelante a Bogotá y me alerten sobre errores que pueda estar cometiendo”.

Haber estado en el Estado y en Bogotá también le llevó a entender que las ciudades tienen procesos, por lo que es consciente de que implementar una política pública y obtener resultados al primer año “es relativo”. A su vez, tiene muy claro que no puede dejar de reconocer que hay cosas andando y simplemente requieren de ajustes, de continuidad y de fortalecimiento: era “lo serio, lo responsable, lo real, y también lo arriesgado”, pero se convirtió uno de los elementos particulares de su campaña a pesar de que la estrategia más sencilla para ganar elecciones suele centrarse en señalar los problemas y encontrar culpables.

Muchas veces, eso suele ser un factor antagónico a las dinámicas del manejo de cualquier gobierno, sobre todo en temas presupuestales. Y es que a Galán le va a tocar gobernar en su primer año con un presupuesto diseñado por la administración actual y discutido por el Concejo actual, que asciende a $33 billones a falta de su aprobación, que se espera este mes o a principios de diciembre. A eso hay que sumarle el Plan de Desarrollo de la alcaldesa Claudia López, que estará vigente hasta mediados del año entrante. En resumen, solo podrá tener una intervención clara y concreta en la ciudad con su propio Plan de Desarrollo en el segundo semestre de 2024.

Dicho escenario también se extiende a nivel nacional, y ahí es donde Galán ha entendido que no tiene otra opción diferente a trabajar de la mano con el Gobierno para conocer toda la información que pueda sobre la actualidad del país y su impacto en la capital. Esto explica por qué se le ha visto tan activo hablando con varios miembros del gabinete de Gustavo Petro. Hasta el momento, ha sostenido charlas con el ministro de Justicia, Néstor Osuna; el canciller Álvaro Leyva; el ministro de Defensa, Iván Velásquez; el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco; el director de la Policía Nacional, Gral. William Salamanca; así como la alta considera para las regiones, Sandra Liliana Ortiz. La pregunta que queda es… ¿para cuándo un tinto con el presidente?

Néstor Osuna y Carlos Fernando Galán en el primer encuentro que sostuvo el alcalde electo con un miembro del gabinete de Gustavo Petro – Cortesía: X (@CarlosFGalán)

Si dependiera de Galán, el diálogo habría sucedido el día después de su triunfo, pero el presidente solo se ha reunido con 14 de los 32 gobernadores electos el pasado 29 de octubre que, a juicio del mandatario, son afines a las políticas de su gobierno. A día de hoy, el país sigue esperando un encuentro con “la oposición”, pero no parece haber indicios de que llegue pronto.

Mientras tanto, a Galán se le ve sereno con el tema mientras se come el último trozo de kiwi de su plato de frutas. De entrada, manifestó su respeto a las decisiones del presidente, sin dejar de resaltar la importancia de que convoque a todos los gobernadores y alcaldes, pues “todos tenemos mandatos en una perspectiva de ciudad o municipio, y es obligación de todos articularlos”.

“Yo tengo toda la intención de trabajar con el Gobierno nacional. Claro que tenemos unas diferencias en la visión frente a algunos problemas, y eso es de público conocimiento, pero yo tengo un mandato y el presidente también: tenemos la obligación de sentarnos a trabajar. No perdamos un minuto. No podemos permitir que la gente se frustre por cuenta de que no nos pusimos de acuerdo”, recalcó.

El elefante en la habitación

Mientras saborea un muffin que estaba al borde de su canasta de pan, Galán recuerda que una de sus principales críticas hacia la gestión de la alcaldesa López tenía que ver con sus constantes discusiones en X (antes Twitter) con el presidente Gustavo Petro. Algunas de ellas estuvieron relacionadas con la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Canoas, el proyecto de Regiotram, la ampliación de la Avenida Boyacá y el ingreso solidario del que dependen más de 160.000 hogares desde la pandemia de Covid-19, pero la más grave de todas tiene que ver con la primera línea del Metro de Bogotá y su futuro, que también es una de las grandes diferencias entre el alcalde electo y el primer mandatario.

Justo en la víspera de la elección de Galán, Petro se jugaba sus últimas cartas para lograr su cometido: cambiar el trazado de la primera línea de elevado a subterráneo entre la Carrera 50 y por el centro hasta la Calle 72. Para ello, aprovechó su visita de Estado a China para convencer a su homólogo Xi Jinping de ayudarle con el trámite, pero la respuesta fue tajante: no les corresponde hablar de cambiar o no el contrato del Metro de Bogotá.

Ante este fracaso, disparó una última bala: modificar el proyecto a través de un plebiscito ¿El problema? Que dicha alternativa ya se habría dado en las urnas el 29 de octubre si se tiene en cuenta que su candidato a la Alcaldía de Bogotá, el exsenador Gustavo Bolívar, no alcanzó ni siquiera una curul en el Concejo al ocupar el tercer lugar de los comicios con menos de 600.000 votos.

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Yo voy a respetar obviamente su posición, pero le voy a decir que ese plebiscito en cierta forma que él planteó ya se dio: la gente votó y yo tengo un mandato mayoritario muy significativo que respaldó una posición de que ese proyecto continúe como va, entonces lo que le diré al presidente es que busquemos fórmulas para mitigar el impacto que pueda tener una estructura elevada en términos urbanísticos. Pasemos la página, porque la ciudadanía ya lo hizo”, comentó.

Dicho esto, Galán encontró “interesante” el progreso que se ha hecho en la primera línea del Metro, que ya cuenta con 25% de avance, aunque entiende que la cifra aún es muy baja y revela que hace falta mucho trabajo, factor que, en parte, ha llevado a la “mala fama” del proyecto entre la gente, pues sus adelantos apenas son visibles por fuera del Patio Taller de Bosa.

“En la calle y en los debates durante la campaña, la gente me preguntaba por qué la alcaldesa hablaba de segunda línea mientras que la primera no se veía, y en las discusiones en las que aparece es porque la quieren frenar. Me pidieron hablar de lo que es concreto y lo que es real”, subrayó.

Para el gerente del conglomerado industrial portugués Mota-Engil, Pedro Teixeira, la participación ciudadana siempre será uno de los mayores desafíos para un proyecto como el Metro de Bogotá. A su criterio, es importante involucrar a la comunidad en el proceso de planificación y construcción, así como en los programas de capacitación. Todo esto para garantizar que los trabajadores locales estén preparados para los empleos generados por el proyecto, además de que crean en él, cosa que aún no sucede del todo.

Cortesía: Alcaldía Mayor de Bogotá.

“Esta discusión se hace importante en un momento en el que aún no se sabe si habrá metro elevado o metro subterráneo, o incluso si habrá metro, teniendo en cuenta que sigue sin existir una hoja de ruta que los gobernantes de la capital logran ejecutar en los últimos años con respecto al tema Metro y donde pareciera que priman los intereses personales”, agregó el directivo durante el Encuentro Bilateral de Metros Urbanos entre Portugal y Colombia, que tuvo lugar el pasado 10 de noviembre.

Sin embargo, Galán tiene confianza en que puede cambiar la percepción de la ciudadanía frente a la obra antes de la inauguración del proyecto, prevista para 2028, pero para lograrlo, le pidió al presidente Petro pensar de verdad en una segunda y tercera línea, pues otra de sus proyecciones le apunta a que el gobierno actual puede terminar con una ciudad avanzando de manera clara y contundente en una red de metros con la primera línea casi terminada, la construcción de la segunda línea iniciada y la tercera línea adjudicada.

Actualmente, la segunda línea del Metro de Bogotá tiene aprobados cuatro cupos de crédito de la banca multilateral desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por US$415 millones, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) por US$255 millones, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) por US$415 millones, y el Banco Mundial por US$415 millones que llegarán en los próximos meses. La financiación parece ir bien, pero jurídicamente hablando, la cosa se complicó.

En septiembre, el Distrito fue alertado sobre un posible conflicto de intereses en tres de los cuatro consorcios que participarán en la licitación de la segunda línea del Metro de Bogotá, proceso que arrancó el 18 de octubre, debido a un presunto control indirecto común por parte de China, razón suficiente para descalificarlos del proceso.

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Los consorcios involucrados en el problema serían Apca Metro Línea 2 – Bogotá (Mota Engil Colombia y CRRC (Hong Kong) CO Limited Sucursal Colombia), Apca Metro Línea 2 (China Harbour Engineering Company (CHEC) y Xi’an Rail Transportation Group Company) y Apca Bogotá Metro 2 (China Railway Construction Corporation y China Railway Construction Electrification).

Al respecto, Galán aseguró estar al tanto del tema y manifestó que “se está revisando”, labor que no solo recae en una instancia local, pues implica unos procesos en los que deben involucrarse todos los actores ligados al proceso, más aún cuando hay participación de la banca multilateral de por medio.

“Lo que entiendo es que el proceso para revisar esa inquietud se definirá de aquí a enero para que pueda continuar el proceso. Yo voy a acompañar eso para que se aclare cualquier duda y que impulsemos el proyecto para que sea transparente, cumpliendo todos los estándares nacionales y las implicaciones que tiene de un proceso donde participa la banca multilateral, y que así lo tengamos adjudicado el año entrante”, apuntó.

En cuanto a la tercera línea, cabe mencionar la tradición que inició con el expresidente Juan Manuel Santos, que consiste en que cada mandatario ha aportado el 70% de la financiación de una línea del Metro de Bogotá. Mientras que Santos hizo lo propio con la primera línea y Duque con la segunda, le correspondería a Petro hacerlo con la tercera. Con eso en mente, el legado del actual jefe de Estado puede ser garantizar que Bogotá tenga tres líneas de Metro, escenario que Galán describió como “una base realmente impactante” para una red de metros en la capital. “Eso sería un legado impresionante”.

¿Y su legado?

Tanto Galán como el resto de los candidatos a la Alcaldía de Bogotá entendieron que el avance en la primera línea del Metro de Bogotá sería el proyecto clave por el que se iba a recordar su administración. De ahí que siempre ocupara los primeros lugares de discusión en cada debate o entrevista. Sin embargo, hay otro desafío al que Galán debe hacerle frente como próximo alcalde de Bogotá, y es que la ciudad necesita reformular sus prioridades para recuperar su peso dentro de la economía del país.

Al menos así lo planteó el exdirector del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), Juan Daniel Oviedo. En diálogo con Forbes Colombia, explicó que Bogotá “está más flaca que antes de la pandemia”, pues la ciudad debería estar pesando 26% o 27% del PIB de la nación, pero hoy solo representa 24,5% del total.

Juan Daniel Oviedo y Carlos Fernando Galán en el primer encuentro que sostuvo el alcalde electo con sus contrincantes en la campaña por la Alcaldía de Bogotá – Cortesía: X (@CarlosFGalan)

Galán sabe que debe tener este detalle en cuenta en la armonización presupuestal que haga a mediados de 2024. Básicamente, este ejercicio consiste en adecuar ese presupuesto que fue aprobado al final del gobierno de Claudia López a la realidad del Plan de Desarrollo que elabore el nuevo alcalde y que, por lo general, se aprueba en mayo de su primer año de mandato. Un mes después de este proceso es cuando tiene lugar la armonización presupuestal que, eventualmente, puede requerir una edición presupuestal, decisión que “habrá que evaluar”.

¿La razón? El alcalde electo tiene claro que va a encontrar una ciudad muy golpeada por cuenta de la pandemia en el PIB, en los ingresos de la ciudad y en el sistema de transporte público, que cuenta con un déficit de $3 billones. Unido a ello, la ciudad está “más endeudada que nunca” con obligaciones que ascienden a 3% del PIB mientras que el espacio para nuevo endeudamiento es limitado y con la duda de si se abrirán puertas en los próximos meses para renegociar ciertos niveles deuda que permitan liberar espacio para ejecutar proyectos a futuro.

Pese a semejante panorama, Galán reconoce que tiene elementos positivos de los que puede echar mano. Por ejemplo, el aumento de ingresos tributarios de este año ha llevado a que la proyección de recaudo de estos gravámenes, sumados al impuesto predial, el impuesto de industria y comercio (ICA) y el impuesto a los vehículos lleguen a una cifra cercana a $13 billones gracias a diferentes procesos de mejora en la recaudación, sobre todo en el caso del ICA.

Otro aspecto implica la forma de volver a Bogotá una ciudad más atractiva para la inversión extranjera. Para ello, se reunió con el director de Latinoamérica y Caribe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Sebastián Nieto, para analizar estrategias como el nearshoring, que consiste en traer inversiones de terceros para producir bienes y servicios en sitios más cercanos a Estados Unidos.

Carlos Fernando Galán y Sebastián Nieto – Cortesía: X (@CarlosFGalan)

Bogotá está más cerca de Nueva York que Los Ángeles. Estamos en una posición privilegiada, pues aquí puede haber un escenario tanto en Bogotá como en la región de atracción de inversiones. Yo estoy listo para sentarme con los actores para poder generar las condiciones que le permitan a Bogotá atraer esas inversiones, entonces toda la voluntad en ese sentido ya la tienen”, añadió.

En cuanto a cómo trabajar una política de desarrollo y atracción de inversión de calidad para Bogotá, el ya mencionado cofundador y CFO de PROtalento, Juan David Aristizábal, dijo a Forbes que uno de los principales retos de Galán en este frente va encaminado a que la ciudad se conecte más con la industria global, asegurando que “esa debería ser la obsesión de cualquier tipo de iniciativa desde la Alcaldía”.

Por fortuna, la ciudad ya tendría terreno ganado en este aspecto. De acuerdo con el ejecutivo, ya hay un ecosistema muy sólido apoyando un rendimiento muy fuerte en la ciudad desde las universidades, aunque aún le falta pulirse en el que tal vez sea su mayor reto: definir dónde van a estar los diferenciales. Para ello, hay que mover la aguja en un apoyo contundente a emprendimientos que le permiten a Bogotá conectarse más rápido con el mundo. Por ese camino puede ser más fácil consolidar y generar nuevos y más empleos en industrias de alta demanda.

Esto es clave en medio de los grandes retos que enfrentará la ciudad en materia de empleo, sobre todo cuando se avecina un año donde los puestos de trabajo van a caer, principalmente, por cuenta del desplome del sector de la construcción, y es que “hoy se está construyendo lo que se licenció el año pasado y el antepasado”, según Galán.

Bajo esa perspectiva, tiene claro que su gobierno debe contemplar el diseño de un plan de choque con recursos propios para generar subsidios de vivienda en Bogotá que impulsen nuevamente la reactivación económica al sector construcción y alivien ese choque.

Unido a ello, Oviedo comentó que Bogotá tiene un problema que también enfrenta el país, y es que de cada $100 que generó el sector construcción en la capital antes de la pandemia de Covid-19, el resultado del segundo trimestre de 2023 mostró que apenas están generando $85. A eso hay que sumarle que el segmento de obras civiles, a pesar de todo lo que hace la ciudad, está completamente deprimido.

Foto: EFE

Bogotá, al igual que el resto del país, recuperó su PIB a punta de consumo, y por cada $100 en actividades de entretenimiento y espectáculos y deportes, generó $168 en el segundo trimestre del año. “La ciudad ha crecido a punta de consumo, entretenimiento, restaurantes y ropa, pero no en infraestructura civil. Eso lleva a un desafío importante de entender la naturaleza de sus retos económicos”, dijo.

Para el futuro concejal de Bogotá, hay oportunidades en el sector de las TIC, pues por cada $100 que generaba antes de pandemia, hoy se generan $130. Hay posibilidades de generar un entorno propicio para inversión nacional y extranjera alrededor de servicios especializados en TIC, por lo que la ciudad necesita obtener una certificación internacional para el alojamiento de data centers, aspecto que requeriría potenciar la infraestructura de interconexión eléctrica.

Hacerlo no sería difícil, pero hay otro problema que Galán debe resolver si quiere tener éxito, y es que el sector privado se encuentra en una fase de stand-by ante la profunda incertidumbre que atraviesa el país por cuenta de las reformas sociales que transitan en el Congreso de la República. Para lograrlo, tiene que generar una base de confianza para que el empresario sienta que habrá una estabilidad jurídica que proteja sus inversiones.

De acuerdo con Aristizábal, hay tres vehículos para lograrlo. El primero son las alianzas público-privadas (APP) de largo plazo. Es evidente que, hasta el momento, estos convenios se han hecho frente a estructuras sociales, pero el escenario actual demanda que se lleven a cabo para otro tipo de infraestructuras con el fin de mandar una primera y contundente señal: “estamos para resolver problemas con ustedes”.

El segundo viene antecedido de un reto que ha estado presente desde la pandemia de Covid-19 y está estrechamente relacionado con las pymes. A juicio del CFO de PROtalento, a la ciudad “le va a tocar brindar un apoyo importante a las pymes desde la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) y otras instituciones, diciéndoles cómo hacer una trasformación colectiva”. Esto tiene que ver con mejorar procesos, sobre todo de transformación digital.

En tercer lugar, hay una premisa que se presenta constantemente cada vez que un bogotano quiere emprender: el acceso al capital es muy costoso, pese a que la ciudad tiene mecanismos a través de la Secretarías de Desarrollo y mediante estrategias de apalancamiento de recursos con aliados como el Banco de Desarrollo Empresarial de Colombia (Bancóldex), para lograr financiaciones más efectivas. Esto debe ser posible “sin necesidad de acudir al Gobierno o a Planeación Nacional”.

Para ello, Aristizábal es consciente de la necesidad de asegurar educación de calidad, salud, bienestar y entretenimiento para los jóvenes que quieran emprender, además del ya mencionado acceso a capital y financiación. Con todo lo anterior, el elemento más importante es obsesionarse con convencer a la gente de que hay que quedarse en la capital y en el país. Para eso hay que construir un plan para que la gente se sienta segura… y ahí si hay un reto casi imposible de subsanar…

Otros cuellos de botella

Quedan pocos minutos para arrancar la sesión de empalme. Galán bebe un sorbo grande de agua antes de referirse a los temas que más le preocupan para dar cierre a la entrevista. El primero tiene que ver con lo que está pasando actualmente en las entidades prestadoras de salud (EPS) sin que la reforma del Gobierno haya sido aprobada, pues apenas cursa su segundo debate en plenaria de la Cámara de Representantes.

Y es que no hay discusión a la hora de concluir que los recursos que no están llegando a las EPS generan una situación crítica. Eso tiene un impacto muy complejo en Bogotá, donde el 80% de los pacientes están afiliados al régimen contributivo, pues la posibilidad de que dejen de operar una, dos o tres EPS trae serias dudas sobre cómo garantizar la atención de aquellas personas que se vean directamente afectadas.

Ante dicho escenario, la solución que ha propuesto el presidente Petro apunta a trasladar a esos colombianos a la Nueva EPS, que actualmente cuenta con 500.000 afiliados aproximadamente. Si se tiene en cuenta que empresas como Sanitas, Sura o Compensar enfrentan riesgos operativos desde septiembre, según anunciaron sus directivos en una carta conjunta, y que entre las tres llegan a sumar hasta 3,7 millones de personas, se correría el riesgo de que la ciudad “termine atendiendo todo por urgencias en la peor etapa de crisis”.

Con esto en mente, Galán se propuso crear un plan de choque para combatir potenciales efectos negativos de la reforma a la salud en Bogotá, para lo cual cuenta con el apoyo de los exministros Ruiz y Gaviria. Entre las estrategias que tienen en mente se cuenta la territorialización de la salud, que estipula que las EPS están obligadas a atender a la población afiliada en su área de presencia.

“Eso lo vamos a trabajar para ver cómo distribuimos mejor la atención y como conectamos mejor a los actores del sistema y nos complementamos, porque si Bogotá tiene posibilidades de tener una población más cerca, pues vale la pena aprovecharla también”, detalló Galán.

A esto se suma la necesidad de seguir avanzando en una mejor distribución de la oferta de salud en Bogotá. En ese aspecto, celebró que ya se estén construyendo y terminando los hospitales de Bosa y Usme, además de que la administración actual deje en el proyecto de presupuesto para 2024 los recursos que permitan avanzar en una APP para hacer el Hospital de Engativá.

El segundo tema que más le preocupa a Galán es el de la inseguridad, y no es para menos. En el último mes han ocurrido hechos lamentables como el robo al actor Juan Pablo Raba en los cerros orientales, la violación a una menor de edad en la localidad de Kennedy a plena luz del día y el atraco en el restaurante Masa, ubicado en la zona T, que tuvo lugar hace apenas dos días.

Aquí hay que decir que el alcalde electo siempre fue enfático en sus críticas hacia la política de seguridad de Claudia López, pues a su juicio, la alcaldesa “se creyó el cuento de que la ciudad era segura porque nos encerraron en pandemia”, frase que repitió en varios debates y entrevistas a lo largo de la campaña. También criticó la idea de crear un escuadrón de policía local para la ciudad, y sostuvo que es necesario aumentar el pie de fuerza en Bogotá, algo que sabe que no se hace de la noche a la mañana.

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Hay voluntad de la Policía y vamos a estar al pie del cañón para que logremos concretarlo. Lo que yo sí creo que hay que hacer es fortalecer aquellas herramientas que hoy, en medio de dificultades y escasez de recursos, podrían tener un impacto grande”, recalcó.

Fue ahí donde hizo énfasis en la investigación criminal de inteligencia. Para Galán, lo más importante es combinar lo que hoy tiene la ciudad con investigación criminal e inteligencia fortalecida con herramientas tecnológicas. Con todo lo anterior se pretende facilitar la denuncia y trabajar en que la ciudadanía en verdad quiera denunciar los delitos que se cometen en su contra. Solo así se podrá tener el mapa completo de la criminalidad en la ciudad, y así tener más herramientas de judicialización.

En los minutos finales de la conversación, Galán decidió hacer énfasis en el tema de investigación criminal e inteligencia para desarticular organizaciones criminales, pues se han identificado cerca de 500 estructuras de diferentes niveles, tanto locales como nacionales, dedicadas a controlar mercados dedicados al robo de bicicletas y celulares principalmente. “Si no atacamos ese aparato criminal, no logramos mucho”, concluyó.

Pese a los mensajes de preocupación que dejaron estos dos temas, Galán terminó la entrevista con una nota positiva, y es que la ciudad tiene la capacidad de crear las condiciones para resolver los problemas que enfrentará a largo plazo. En resumidas cuentas, su compromiso será simple pero contundente: proyectar al Gobierno distrital como un aliado y un actor comprometido a reactivar la capital del país.