La inflación y las tasas de interés del Banco Central fueron determinantes en el año qué termina. ¿Por qué? ¿Qué esperar del 2024?
Iniciando la segunda semana de diciembre llega el momento de mirar atrás y revisar cuáles fueron las fuerzas que moldearon los mercados y las economías en el año que está pronto a terminar y qué lecciones quedan. Por eso quiero dedicar mi última columna de 2023 para hacer un resumen de lo que considero más relevante al respecto.
Pienso que vale la pena arrancar diciendo que este año ha sido determinante en términos de cambios de tendencias en política económica y monetaria entre diferentes países y bancos centrales. Esto implica que las fuerzas económicas particulares de cada país van cobrando una mayor relevancia frente a los años anteriores cuando todavía, el mundo entero se enfrentaba al escenario de una pandemia global y sus consecuencias, lo que generó una respuesta casi que estandarizada por parte de todos los gobiernos y bancos centrales. Las dos variables que representan estos cambios más claramente son la velocidad de reducción de la inflación y las decisiones sobre las tasas de interés de los bancos centrales.
Otro elemento que también fue decisivo es el del riesgo geopolítico que no solo continuó presente por la invasión rusa de Ucrania sino ahora por la guerra entre Israel y Hammas, trayendo más nerviosismo a los inversionistas por su ubicación geográfica en Medio Oriente, una región productora de petróleo que no se ha caracterizado especialmente por su estabilidad política.
Las dos fuerzas explicadas anteriormente se reflejaron en los mercados financieros donde tuvimos un dólar global en términos generales menos fuerte que en 2022 con la Reserva Federal frenando su ritmo de aumentos de tasa y con el oro llegando niveles récord en este cierre reflejando el creciente temor de la incertidumbre política. Lo que acompañado de una rápida reducción de la inflación en algunos países presentó un escenario favorable para los bonos de deuda pública.
En términos locales, las cifras económicas mostraron señales contrarias, con un desempleo cayendo a 9.2% en su serie original, una contracción en el crecimiento con -0.3% anual en el tercer trimestre y una inflación que si bien viene bajando por ocho meses solo ha pasado de 13.34% hasta 10.15% manteniéndose muy lejos de la meta del Banco de la República de 3.0%. Todo esto mientras el gobierno continúa enfocando sus esfuerzos en la aprobación de reformas en el Congreso y generando una profunda discusión sobre el costo de cada una y su impacto en la sostenibilidad fiscal futura.
Les dejo mi columna analizando el último dato de desempleo.
Para resumir, lo que se vio en 2023 fue sin duda un cambio de tendencia como mencioné al inicio, pero también es un escenario global que se percibe con mayores fuentes de incertidumbre tanto políticas como económicas. Por esto en la columna he buscado mapear las tres fuerzas que considero más relevantes y pienso van a seguir siendo determinantes en 2024 para vigilarlas de cerca, decisiones de bancos centrales, tensiones geopolíticas y desaceleración de la economía local.
Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.
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