Según Ricardo Sierra, el país enfrenta el riesgo de un apagón porque los nuevos proyectos de generación están demorados o paralizados, lo que hará difícil enfrentar una situación de estrechez entre la oferta y la demanda de energía, como la que ya está ocurriendo.

Aunque los resultados del ejercicio de 2024 en un entorno retador dejaron satisfechos a los accionistas de Celsia, Ricardo Sierra, líder de esta filial del Grupo Argos, admitió que hay temas de la coyuntura que lo trasnochan. 

“Todos los expertos dicen que Colombia enfrentará un faltante de energía en el mediano plazo”, explica el directivo. Eso significa que en 2026 ó 2027 o incluso antes, si ocurre un nuevo fenómeno de El Niño o un verano más fuerte de lo usual, el país corre el riesgo de un apagón.

¿La razón? A pesar del discurso oficial sobre la transición energética, los proyectos de fuentes no convencionales están demorados y muchos de ellos paralizados, lo que hará difícil enfrentar una situación de estrechez entre la oferta y la demanda de energía como la que ya está ocurriendo. Y después de la construcción de Hidroituando, cuyas últimas cuatro unidades solo entrarán en funcionamiento en 2027, para un total de 2.400 megavatios, el país renunció y casi que estigmatizó este tipo de proyectos hídricos que constituyen el 70% de su matriz energética.

Luego de la asamblea de Celsia realizada este miércoles en Medellín, Sierra dialogó con los medios y recordó que tras el apagón de comienzos de los 90 el país liberó el mercado energético y ello llevó a los privados a invertir más de $140 billones en el desarrollo de proyectos de generación.

“Hoy, los privados le pagamos al gobierno entre $7 y $8 billones en impuestos cada año y, lo que es más importante, Colombia fue de los pocos países del mundo que no sufrió nuevos racionamientos”, dice el líder de Celsia, que también opera en Centroamérica y Perú y recientemente lanzó el programa EnergizarC, que busca mostrarles a sus accionistas que el valor fundamental que tienen en la inversión en la compañía es superior hasta en $2.000 a los $3.885 del cierre de la acción de ayer miércoles 26.

Y aunque coincide en que es clave que Colombia cuente con unos precios y tarifas de energías competitivos, Sierra explica que eso no puede obtenerse a sombrerazos o a las malas, ya que Panamá, Estados Unidos e incluso Argentina están ofreciendo condiciones más atractivas de inversión para el desarrollo de nuevos proyectos de generación.

A juicio suyo, la palabra clave es competencia y una legislación que facilite la entrada de nuevos proyectos de generación y la oferta de más kilovatios que satisfagan la creciente demanda.

Pero paradójicamente ello no está ocurriendo. A la demora en la obtención de licencias ambientales se suman cuellos de botella como los acuerdos con las comunidades, restricciones y normas que “generaron un clima de inestabilidad regulatoria”, lo que se convirtió “en uno de los riesgos más relevantes para el sector”.

A pesar de ello, al término de 2024 la compañía cerró con 19 plantas hídricas y la planta térmica Meriléctrica, con una capacidad instalada de 1.303 MW,  aunque la energía generada (3.269.8 gigavatios) presentó una disminución del 11% frente al 2023, explicada por el fenómeno de El Niño. 

“Somos líderes en la gestión de activos de la transición energética”, explica Sierra al destacar el inicio de la construcción de su primera planta de generación eólica en Carreto, Atlántico, que entrará en operación en menos de 60 días con una capacidad de 9,6 megavatios, y servirá para romper con la idea de que La Guajira (donde no se han podido ejecutar proyectos por las dificultad de llegar a acuerdos con las comunidades) es el único departamento donde se pueden ejecutar este tipo de proyectos.

En el negocio de transmisión y distribución, claves para la transición, la compañía cuenta con activos (BRA) de $6,9 billones, mientras que en el de hogares y empresas entregó 4.007 megavatios de los cuales 2.582 fueron al mercado regulado y 1.425 al no regulado.

En cuanto a las plataformas de inversión, en 2024 Celsia recibió dividendos por $118.000 millones. Una de estas plataformas es la planta térmica a gas El Tesorito con una capacidad instalada de 200 MW en asocio con Proeléctrica y Canacol. 

“Esta térmica tiene una importante posibilidad de crecimiento, con una nueva planta de capacidad similar a la actual”, explica Sierra, aunque enfrenta un reto similar al que afronta el país: la escasez de gas para poder presentarse a la nueva subasta de Cargo por Confiabilidad

“Es un tema que nos preocupa, porque si nos toca importarlo necesitamos un gas en firme para cuando nos llamen a generar en un verano o ante un fenómeno de El Niño”, dijo Sierra que puso como ejemplo las térmicas que ya operan en la  Costa, cuyo éxito ha sido contar con gas natural importado a través de la Regasificadora de Cartagena (Spec).

Si bien el kilovatio que se produce es carísimo, el sistema les reconoce esos costos variables a los generadores”, concluyó el líder de Celsia, cuyos accionistas aprobaron la distribución de un dividendo de $326 por acción y una donación por $6.530 millones para apoyar actividades de beneficio social. 

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